El Tintero de Oro presenta el reto de homenajear a Dashiell
Hammett, escribiendo un relato con un detective como protagonista. Y no supere
las 900 palabras.
El caso de la bruja sospechosa
La rutina es parte del trabajo de un detective de asuntos
paranormales. Cumplir horarios de oficina, esperando una nueva asignación, sería
monótono. Si no fuera por la compañía de Sofía Electra Valentino, mi bella
ayudante.
Ella revisa los archivos, los casos de mi antecesor, de quien
fue ayudante. Repentinamente, me muestra una carpeta.
-¿Qué es significa Asignación Cero?
-Se llama a un caso así a un caso de un detective, previo al
ingreso a Nausicca. La carpeta cuenta el caso, por el que fui recomendado. Pero yo puedo contarte la
verdadera historia, si te interesa.
.
La historia comienza una bruja, en una cabaña en el bosque de
Averoigne, el lugar en que crecí. Abruptamente, luego de mirarse en un espejo, decide
buscar ingredientes en el bosque, en una noche oscura y lluviosa.
Y en esa noche inhóspita, encuentra a una pareja de
adolescentes, pálidos y extremadamente delgados, que dicen llamarse Hanna y
Grendel,
Preocupada por ellos, los
invita a su cabaña, ofreciéndoles refugio y comida caliente.
Alguien ha cometido un gran error.
Por una serie de acontecimientos, el caso llegó a una sucursal
de la agencia, que envió a un equipo liderado por Walter Craven.
Y yo fui contratado como guía, por conocer ese bosque,
- Es fácil perderse. Les aconsejo que no se alejen de mí.
Craven ordenó al equipo,
que confiaran en mí como guía. Incluso prestó atención cuando le señalé unas
piedras.
-Alguien quiso marcar un camino.
Pero al llegar a la cabaña, Craven me dijo que no era mi asunto.
Típico del estereotipo del policía propenso a cometer errores. Deseé que nadie
fuera víctima de su ineficacia.
Me quedé en los alrededores de la cabaña. Había una huerta con
fines medicinales. Algo esperable en una bruja.
Entonces Craven me llamó.
-Creo que tengo el caso resuelto. Un caso de manual. Una bruja
atrae a niños o jóvenes perdidos - dijo Craven, muy seguro de si mismo- Y luego
captura para devorarlos.
-¿Con qué propósito?
-Mantenerse joven. Tiene
más edad de la que aparenta.
- Ninguna bruja haría eso, por lo menos ninguna de Averoigne.
Esos métodos no son eficientes.
-O para beber su sangre. Encontramos una vasija repleta de
sangre.
-Es una costumbre local, para alimentar a las strigis. A cambio,
ellas no atacan a los habitantes…ni a los visitantes.
-Sé algo de las strigis. No me subestime, Lestrade. Y creo esa
bruja puede estar ocultando algo.
-Seguro que ella tendrá una explicación, si tiene la oportunidad
de dar su versión.
-Por eso lo llamé, Lestrade. Comenzó a hablar en un idioma que
no conozco.
Y entonces, pude entrar en la cabaña. Con un estilo rustico,
pero con comodidades. Y con un laboratorio de alquimia. Algún diploma de
boticaria.
Y entonces, la conocí. Pocas veces, he visto una mujer tan
bella. Y con esa elegancia misteriosa que suelen tener las brujas. Ares
Argento, el artista forense, estaba fascinado, haciendo retratos de ella.
-Lengua de Oc. Un dialecto cerrado. ¿Puedo hablar a solas con
ella?
-Bien, pero estaremos vigilando.
-Mejor vigile a Hanna y Grendel.
Craven me dijo algo sobre no meterse en su trabajo. Y me dejó
con ella, que estaba muy nerviosa. Yo le dije que la entendía, por el desorden
que le habían hecho.
-Soy Ulises Lestrade. Un vecino del bosque.
Resultó que ella conocía la historia de mi familia. Me sonrió. Y me contó su versión.
Explique esa versión a Craven y a su equipo.
-En primer lugar, ella usa veneno de serpiente, para mantener su
apariencia joven. Es algo parecido a lo que usan algunas famosas, pero más
efectivo.
Y ahí encontró a esos dos. Ella los vio mal alimentados, les dio
de comer.
-Eso lo verificamos –respondió Craven- Continúe.
-Y decidió aplicarse el veneno, creyendo que eran confiables.
Porque el veneno tiene el inconveniente de producir una
parálisis. Y entonces, ella la atacaron, aprovechando que estaba indefensa.
Tenían el propósito de sacrificarla. Y con algún otro propósito.
Pero ella se ha aplicado varias veces el veneno. Así que la
parálisis no fue total. Y se defendió.
Estaba muy enojada. Y ustedes saben el resto.
Craven se quedó pensando.
-¿Está diciendo que la bruja es la víctima? ¿Y los hermanos los
victimarios?
-No son hermanos, son primos. Y son pareja.
Malhumorado, dio órdenes que los trajeran para interrogarlos. Y
entonces se puso de peor humor. Se habían escapado.
Walter Craven fue astuto.
-Lestrade, ha tenido razón en su teoría, aunque ha sido muy
parcial con la sospechosa. Pero puedo recomendarlo con la agencia, sé que está
interesado en ser un detective. A cambio, necesito que firme, confirmando que
yo respaldé su investigación auxiliar.
-Y ese fue el arreglo –le sigo contando a Sofía- Y esa es la
versión oficial, la que quedó registrada.
- ¿Y qué pasó después con Sephora?
-Ella me pidió que le ayudara a ordenar el laboratorio. En
agradecimiento, cocinó para mí. Luego,
la ayudé con la huerta.
Y fuimos amantes, hasta que llegó la despedida.
-Serás un buen detective –me dijo- Y te asignaran una bella
compañera. Y te vas a olvidar de mí.
-Eso nunca pasará.
-Me gusta tu historia –me dice Sofía- Y no voy a permitir que te
olvides de ella.
Más relatos de detectives en El Tintero de Oro
Ulises Lestrade (Ver ficha de personajes) y Sofía Electra Valentino (Ver ficha de personajes) son personajes, que
son protagonistas de algunos de los relatos que escribo. Algunos de estos
relatos cuentan con aparición de Sephora .(Ver ficha de personajes).
También Walter Craven, un personaje un tanto prejuicioso, ha
comenzado a tener sus propios relatos.