Desde El Tintero de Oro, David Rubio nos presenta esta convocatoria, destinada a homenajear al escritor John
Kennedy Toole.
“Escribir una historia protagonizada
por un personaje enfrentado al mundo, excéntrico y único. No es obligatorio,
pero ni qué decir que la ironía, la parodia o el humor será un ingrediente muy
de agradecer.
Como ya sabéis existen dos modalidades:
La modalidad concurso: el plazo para
participar es del 1 al 15 de febrero y una vez finalizado deberéis enviar las
correspondientes votaciones de acuerdo con las bases que aparecen más abajo.
La modalidad fuera de concurso: el plazo es
del 16 al 25 de febrero y solo se trata de compartir vuestro relato con el
resto de compañeros para su disfrute.
Por supuesto, también podéis participar con
vuestras reseñas de la novela, del autor o de las adaptaciones
cinematográficas. Podréis hacerlo a lo largo de todo el mes de febrero.
BASES DE PARTICIPACIÓN DEL CONCURSO DE
RELATOS:
Tema: Escribir una historia protagonizada
por un personaje enfrentado al mundo, excéntrico y único.
Extensión: Máximo 900 palabras.
Plazo: Del 1 al 15 de febrero de 2023.
Participación: Abierta a todo el mundo. Eso
sí, deberéis contar con un blog donde publicarlo y añadir el enlace en los
comentarios de esta entrada. Los únicos que no pueden participar en esta
edición son los tres ganadores de la pasada edición y un servidor, como
receptor exclusivo de los votos.
Votación: Los autores participantes deberán
votar siete relatos otorgando siete puntos al que más os guste; seis, al segundo;
y así sucesivamente. Se enviarán por correo electrónico a eltinterodeoro@hotmail.com del 16
al 25 de febrero. No enviar los votos supondrá la descalificación del
relato.
Premios: El 28 de febrero se celebrará la
Gala de Premios anunciando los ganadores. Los tres primeros relatos recibirán
un diploma digital acreditativo del mismo”.
La conspiración
de Hannah y Grendel
En Averoigne, una misteriosa región de
Francia….
Hannah y Grendel, una pareja de pálidos y muy delgados adolescentes,
se perdieron en el bosque de Averoigne. Era una noche lluviosa y oscura. Y estaban rodeados por serpientes venenosas.
Y entonces, apareció una bella mujer,
morena, misteriosa. Quien apartó a las serpientes, con un bastón.
-No pueden quedarse ahí –les dijo con
un exótico acento- Síganme,
Aunque a veces, la mujer se apoyaba en
su bastón; a la pareja les costó seguirla. La mujer los esperó más de una vez,
hasta llegaron a una cabaña.
La cabaña era rústica por fuera, pero
tenía todas las comodidades. Hannah y Grendel se dejaron caer en un sofá,
temblando de frío.
-Necesitan ropa seca- les dijo ella-
No quiero que se enfermen.
Con ropa prestada, tomando una sopa
caliente, se presentaron como Hanna y Grendel. Y escucharon a la mujer, presentándose
como Sephora. La bruja del bosque, dispuesta a ayudar a quienes lo necesitaran.
-¿Una bruja? –Preguntó Grendel- No
sabía que eran tan lindas.
Sephora sonrió.
-Tengo mis secretos –contestó Sephora
con una sonrisa.
Luego del postre y un café, la bruja
quiso saber que hacían en una noche lluviosa, en un bosque peligrososo.
-Somos menores emancipados por
casamiento –contestó Grendel.
-No somos hermanos, somos primos –aclaró
Hannah- ¿Es un problema?
Sephora dijo que era algo que se daba
en algunas familias. Y que siguieran contando.
-Nuestras familias fomentaron nuestra
relación –continuó Grendel- Pero era un ambiente desagradable. Un día, tuvimos
que huir.
-No fue fácil convencer a Grendel.
Hasta que un día…no puedo hablar de eso.
Hannah sollozó, siendo abrazada por
Grendel. Y recibiendo una caricia de la bruja.
-Unos días después, llegamos a este
bosque. Y tuvimos un encuentro desagradable con un grupo de caza vampiros. Por
alguna razón, nos confundieron con vampiros.
-Tuvimos que huir y nos perdimos –concluyó
Hannah.
Conmovida, Sephora los abrazó.
-Pueden quedarse el tiempo que
quieran.
La bruja había caído en una trampa
peligrosa.
Los días siguientes, Sephora se dedicó
a prepararles comidas nutritivas, para alimentarlos. Con el arte culinario de
una bruja francesa. Y algunas confituras, para que saborearan.
Un día les mostró los títulos, de
boticaria, química, alguna especialidad médica.
-Puedo conseguirles un lugar donde
vivir, sino quieren quedarse conmigo.
Un día, Sephora fue a buscar unas
hierbas. Recomendando que no se alejaran de la choza. La pareja se quedó en la
habitación que Sephora les había preparado, para que estuvieran cómodos.
-No quiero seguir con esto –dijo Grandel-
Ella no lo merece.
-¿Te gusta la vieja bruja?
-No es vieja ni fea. ¿Estás celosa?
-Por supuesto que no –contestó Hannah-
Pero no confío en una experta en venenos.
-Algunos venenos son medicinas –dijo Grendel-
Y ella usa algunos venenos para verse tan joven.
-Parece peligroso
-Mucho. El veneno tiene efecto
paralizante –añadió Grendel- Piensa aplicárselo en estos días, porque confía en
nosotros. Y no quiero traicionar esa confianza.
-Grendel, te desafío a decirme que no.
Hannah fue irresistiblemente
seductora, desvistiéndose con una sombría sensualidad. Hubo intensas escenas de
intimad, de deseo.
Unos días después, Sephora se fue al
laboratorio, confiando en la pareja. Vestida con una bata, se fue aplicando
dosis del veneno, en distintas partes del cuerpo.
Temblando, se tendió en el piso. Quedó
inmóvil, estremeciéndose intermitentemente. El tratamiento está funcionando.
Seguiría viéndose joven y hermosa.
Entonces, la pareja irrumpió en el
lugar, dibujaron extraños signos alrededor de Sephora. Quien vio que Hannah tenía un cuchillo ritual.
-No sirve este ritual. No obtendrán
nada –dijo la bruja, mientras intentaba moverse.
-Yo creo que sí –dijo Hannah- Pero Grendel
puede darte tu último deseo.
Sephora golpeó una mesa, de la que cayó
un spray de pimienta. Hannah recibió el
spray en los ojos, gritando de dolor. Grendel se lo quitó a la bruja. Y se
quedó mirándola, sin saber qué hacer. Entonces, arrastró a Hannah fuera de la
cabaña.
Ambos se alejaron, sin dirección fija.
Hasta que se recostaron sobre un árbol. Todavía era de día, pero la noche se
acercaba.
-Otra vez estamos perdidos –le reprochó
Grandel a Hannah- Y tu plan fue un fracaso.
-Todo lo contrario –le contestó
Hannah, con una sonrisa maliciosa- ¿Recordás el antiguo cuento?
La pareja contó una y otra vez una
historia, que acusaba a Sephora. La historia llegó los oídos de la brigada de
Walter Craven, un detective policial,
investigador de lo extraño. Craven creyó toda la historia, hizo que
licenciada agente atendiera a la pareja. Y se preparó para darle su merecido a
esa bruja.
Grendel dormía profundamente, cuando
Hanna lo despertó.
-Tenemos que irnos –le dijo-
Descubrieron nuestra farsa.
Unos meses después, en otra parte del
mundo…
La pareja entró en una lóbrega
mansión, guiados por unos personajes con siniestras máscaras. Llegaron a una sala,
con una mesa de reuniones. A la cabecera, había una serpiente.
-¿En qué nos metiste? –preguntó Grendel.
Entonces, la serpiente se transformó
en una silueta de un hombre, con una risa siniestra.
-Han pasado la prueba. Son los líderes
que necesito.
Unos días después, la pareja presidía
una reunión de Facción Fobértor. Un grupo dentro de la Sociedad Onírica, que justificaba
la traición y otros métodos oscuros.
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