Este jueves un relato: Un mensaje en una botella

Me sumo a la convocatoria de esta semana, con un relato imaginado inesperadamente y escrito con escritura automática o casi, definiendo detalles a medida que avanzaba.

No estamos solos en el universo. Una serie de casualidades me ha hecho descubrir lo que muchos sospechan. Y no es casual que muchos datos sobre los exoplanetas, los planetas que están fuera de nuestro sistema solar, hayan sido anticipados por la ciencia ficción.

Desde hace años, se inició una búsqueda de vida extraterrestre, esperando recibir señales de vida inteligente de otros planetas, través de gigantescas antenas, creo que lo llaman SETI, también mandando señales de radio. Incluso, una vez pareció que recibieron algo. Pero el contacto más efectivo fue por la televisión. Las transmisiones, según pude saber, llegan al espacio exterior y siguen viajando. Llegaron a algunos años luz, donde una especie se interesó por nosotros. Eran parecidos a nosotros, a veces demasiado parecidos. Algunos de ellos tenían ciertas habilidades mentales y curiosidad científica, naves espaciales y llegaron hasta nuestro mundo. A pesar de ser avanzados, no eran infalibles. Algo salió mal, sus naves fallaron y tuvieron que quedarse, incomunicados, sin poder pedir ayuda. Algo comparable a un naufragio, con la desventaja de no poder enviar una botella por el espacio.

Sus habilidades mentales no le permitían comunicarse con su mundo, pero leyeron nuestras mentes y se mezclaron con nosotros. Podían hacernos creer que eran como nosotros.

Todo eso me lo contó una mujer llamada Ylla, una mujer no muy alta, esbelta, con apariencia algo frágil, morena y con unos hermosos ojos amarillos. Y unas suaves manos de seis dedos. Me contó la solución que encontraron. Algunos aprovecharon el mezclarse entre nosotros para convertirse en escritores, guionistas, para contar lo que sabían del espacio exterior. Ylla se había convertido en la secretaría de un reconocido escritor de ciencia ficción, que escribió sobre marcianos.  A los cuales les dio la apariencia que ella sugirió, incluso hubo una marciana descripta como ella. Y así disimuladamente lograron que las historias televisivas de ciencia ficción tuvieran datos verdaderos. Que se reconocerían en su mundo de origen, sabrían que estaban vivos. Habían convertido a las historia de ciencia ficción en un mensaje en una botella. El único inconveniente era esperar algunos años. Pero sus vidas son largas. Y esa idea se ya se puso en marcha, algún tiempo atrás.

 De hecho, pronto llegaran las naves de rescate. Tal vez sea egoísta, pero eso me preocupa, porque he aprendido a disfrutar de la compañía de Ylla, espero que se más que una amistad. Mi esperanza, mi ilusión es que me invite a viajar con ella hacia su mundo.

Tal vez hayan notado que utilice la descripción que Ray Bradbury hace de los marcianos, en Crónicas marcianas. Incluso use un nombre de un personaje femenino. Puede ser que el recuerdo de este libro me haya inspirado para esta historia, sobre la cual comentaran mis ilustrados lectores. Pueden que noten una temática recurrente en mis relatos.

Les dejo un tema de The Police, subtitulado. Muy acorde.