Magade nos
propone el desafío de escribir sobre el olvido, ya sea uno sin consecuencias.
Hasta esos olvidos que son catastróficos. Veré que puedo hacer.
Víctor Peril era admirado como
dibujante, humorista gráfico. Lo que hacía tolerable su torpeza, que provocaba
desastres a su alrededor. Mientras él permanecía ajeno.
Alguna torpeza lo había llevado a una
idea creativa, por lo que se aceptaba esa cualidad. Lo que lo hacía sonreír.
Pero había algo que le molestaba de si
mismo. Era su tendencia a olvidar donde dejaba los objetos. Sobre todo las
llaves. Se ponía de mal humor, insultaba sin límites, adoptando una expresión
digna de ser dibujada.
Era una cualidad conocida por la chica del clima, su compañera en un
programa humorístico, surgido de una torpeza de Peril. Y algo más que amiga.
Ella tenía una llave, para pasar a
abrir la puerta, permitiendo salir. Y no llegar tarde al programa. Víctor Peril
quedaba avergonzado ante su amante, exuberante y atlética.
Un día, al regresar de la grabación
del programa, pisó algo que lo hizo tropezar. Y dar un contundente golpe. Dolorido,
lo que que había provocado ese tropiezo.
Era el llavero que había estado
buscando por horas, que se había enredado con una alfombra.
Con furia arrojó las llaves, que
hicieron ruido, al caer sobre un recipiente de plástico.
Repentinamente, su humor mejoró.
Unos días, después volvía con la chica
del clima, que estaba abrazada a él.
-¿Y cómo andas con las llaves? Noto
que no estás llamando para traerte las copias que me diste.
-Encontré un método.
Víctor Peril arrojó las llaves a un recipiente
de plástico, con fuerza para que hiciera ruido. Y se dijo a si mismo.
-¡Ahí van las llaves!
-Parece que no me vas a necesitar.
Él la miró, tan atractiva con esa ropa
gimnástica, que se ajustaba a su cuerpo.
-Nunca diría eso.
Hubo un intercambio de miradas. Y
pronto, el tema de las llaves pasó al olvido.
Más olvidos en La Trastienda del
Pecado
más que olvidar, tal parece que él creyó que se había guardado las llaves en el bolsillo del pantalón, y no fue así, sino que cayeron directamente al suelo.
ResponderEliminarlo otro, es que si sus olvidos son recurrentes, puede estar sufriendo de algo serio (los primeros signos de un alzheimer a futuro, por ejemplo) y él no saberlo.
al menos se la pasa genial con su amante.
saludos.
Es una posibilidad. Incluso puede ser que un bolsillo se haya agujereado, porque llevaba materiales de dibujo, que son elementos cortantes.
EliminarEs algo extremo, pero es verosímil.
Eso está claro. Es algo a su favor. Saludos.
Lo bueno que tiene a la novia como respaldo, por si la solución es momentánea.
ResponderEliminarTemía que, como solución dejara la puerta abierta
Abrazo
Así es. Una ayuda de importancia.
EliminarPara eso tendría que poder abrirla. Pero es algo que podría haber pasado.
Gracias por comentar. Un abrazo.
¿Y no se olvida de que echa las llaves al recipiente? ¡Con esa cabeza!, bueno, menos mal que tiene a la chica del tiempo para que le eche un cable por si acaso.
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Demi, por sumarte a la convocatoria. ¿Quién no ha olvidado las llaves o tiene agujeros en los bolsillos? Y te deseo todo el éxito en tu propuesta para la semana que viene. Te paso el testigo :-)
Un beso enorme.
Creo que ayuda que las llaves hagan ruido, al caer en el recipiente. ¡Con esa cabeza! Lo definiste bien.
EliminarY como decís, cuenta con esa ayuda.
Fue un gusto sumarme a tu propuesta. Y es cierto lo que decís.
Es todo un placer recibir tu testigo.
Un gran y especial beso.
Me gusto el ritmo que le diste, es cotidiano y cercano.
ResponderEliminar¿Quién no sabe donde tiene las dichosas llaves? Ando siempre a vueltas con ellas y las gafas ajjaj y no hay manera y el móvil raro es el día que no me tengo que llamar con el fijo a ver donde esta, en fin soy un despiste andante.
De todos modos ese desiste le vino bien para si cita de amor jajaj.
Un fuerte abrazo, y muy feliz finde.
Que bien que te haya gustado.
EliminarEs interesante lo que planteás.
Tuvo la suerte de encontrar una mujer tan bella como considerada.
Que ya estés teniendo un muy feliz fin de semana. Un gran abrazo.
¡Qué bueno Demi, qué bueno.......!
ResponderEliminarTe diré que me has dado una idea para cuando no sepa dónde he dejado las gafas, lo malo es que si las tiro al cubo lo mismo se me rompen, pero bueno ya idearé algo basándome en tu historia.
Me he reído y me ha gustado mucho,
Un beso
Gracias por eso.
EliminarMe alegro de haberte dado una idea,
Y haberte hecho reír.
Un beso.
Un buen método para recordar también puede serlo para olvidar.
ResponderEliminarSaludos,
J.
Interesante idea, colega demiurgo.
EliminarSaludos.
¡Hola, Demiurgo! Qué buen relato! Me ha gustado mucho ese doble juego del olvido: primero el olvido de las llaves y, al final, las llaves pasan al olvido. También me ha gustado la descripción de los personajes, ya que no solo te quedas con la situación “del olvido” que pide el reto de escritura, sino que completas mucho la trama habiendo creado a dos protagonistas con una historia entre ellos. Además, es un relato muy ameno.
ResponderEliminarUn abrazo!
Hola, M.A. Que bien que te haya gustado.
EliminarEs curioso que las llaves pasen al olvido, cuando el protagonista un método para saber donde están.
Que logro que te haya gustado el desarrollo de personajes. Y que sea un relato ameno.
Un abrazo.
Yo hace tiempo perdí las llaves dos veces con gran trastorno, porque si vas con prisa y no aparecen, te pones nervioso y aparecen esos ataques de ira, que te impide incluso pararte un momento para hacer memoria.
ResponderEliminarEnconntr por Internet unos llaveros, con un mecanismo que pinta cuando activas un mundo a distancia ( también perdible), que tú llevas en el bolsillo.
Pero es un mecanismo mucho menos estimulante que la mujer del clima.abraz, Demi
Es cierto lo que decís.
EliminarEs una buena idea.
Ventajas de ser admirado por el talento.
Saludos.
Eso quiere decir que la relación entre ellos va más allá de la necesidad de tener las llaves localizadas.
ResponderEliminarBesos.
(Soy Devoradora de libros)
Así es. Va más allá.
EliminarElla lo admira. Y él está deslumbrado.
Un beso.
tomo nota jajajajaja, Un abrazo
ResponderEliminarEstá bien que toma notas. Porque funciona.
EliminarSaludos.
Qué bueno. Dos olvidos consecutivos. El de las llaves quedó en el olvido ante aquella bonita complicidad.
ResponderEliminarEs cierto que, muchas veces, es a través de pequeños trucos que uno combate esos despistes, y estos, a su vez, siempre pasan a un segundo plano cuando hay un sentimiento floreciente que todo hace olvidar.
Me ha encantado, querido amigo.
Siempre un placer leerte.
Abrazo grande, y muy feliz semana 💙
Exactamente. Es acertado lo de bonita complicidad.
EliminarEs algo a lo que se suele recurrir. Y eso que comentás es cierto.
Que placer el recibir tus comentarios. Y un logro que te encante.
Que tengas una muy feliz semana. Un gran abrazo.
Parece que has hecho el relato viéndonos al señor Morello y a mi por un agujero. Cuando no son las llaves, es el monedero y cuando no, las gafas de sol o ya el tener algo en la mano y dos minutos después, no saber donde lo hemos dejado.
ResponderEliminarHemos tenido que buscarnos truquitos como las llaves en los recipientes para que no se nos olvide nada, despistados es poco.
Lo mejor? el segundo olvido, la verdad creo que a nadie le importa caer en ese...
Un besazo Demi!
Que sorpresa es que te reconozcás en algo que escribí.
EliminarY parece que funcionó.
Creo que es deseable ese segundo olvido.
Un gran beso.
A todos alguna vez nos pasó lo de olvidarnos las llaves y siempre recurrimos a alguien cercano que hemos designado como respaldo. En este caso, el motivo de la elección no es sólo por considerarlo responsable y de confianza.... Sino por algo más que en tu relato sigue estando vigente aún resuelto el problema! Muy divertido. Un abrazo
ResponderEliminarParece que es bastante común. Por ejemplo, en el comentario anterior.
EliminarLo que no sabía que se usaba lo del respaldo.
Sí, no sólo es por eso.
Es un logro para mí que te parezca divertido. Un abrazo.
Parece que es un tema universal, que ha tenido trascendencia.
EliminarQue curioso que no sólo sea algo que imaginé. Que realmente se use el de contar con alguien como respaldo.
Sí, es como comentás.
Me gusta que te parezca divertido. Un abrazo.
Lo de las llaves creo que es uno de los olvidos más comunes, yo suelo dejarlas en el mismo lugar siempre, como las cambie de sitio, zasca, ya me cuesta horrores encontrarlas.
ResponderEliminarMuy bueno Demi, un abrazo.
Parece que escribí sobre algo universal.
EliminarEs un buen método.
Gracias. Un abrazo.
¿Y quién no se olvida de unas llaves? Sobre todo si en olvido, al final, hay complicidad. Muy expresivo tu relato, suenan hasta las llaves.
ResponderEliminarUn abrazo.
Parece que traté un tema universal.
EliminarNoto que está gustando esa complicidad entre los personajes.
Gracias por el comentario. Un abrazo.
jajajajajajajajajaja sí, mejor pasar a otro tema con la chica del clima, ¿no?. Besos, DEMI. No había visto tu contribución hasta ahoar, emnos mal que revisé la lista a ver si no me había quedado alguien colgado (Creo que la próxima, tendré que tirar la compu a un recipiente de plástico) jajajajaja
ResponderEliminarAsí es. Mejor pasar a otro tema.
EliminarNo la tirés, que te permite comentar. Y agradezco ese interés por los relatos jueveros. Y ese jajaja inicial. y final.
Besos.
Me recordó aquello que suele contar el amigo Dolina de Aristóteles (creo que era Aristóteles). Que tenía un método para no quedarse dormido y era sostener algo pesado y que si se le caía haría ruido sobre una base metálica, despertándolo.
ResponderEliminarAbrazos
Buena memoria.
EliminarRecuerdo que mencionó eso, en una charla. Aunque no estoy seguro si era Aristoteles, quien usaba ese método.
Saludos.