Este jueves un relato: A la luz de una vela

Me sumo a la convocatoria juevera, con un relato tal vez precario, que me llevó esfuerzo.

Es una tradición venir a este lugar, cierta fecha del año, cuando en época de noches largas y días cortos y sombríos. Soy el encargado de vigilar esta antigua casa, que algunos consideran gótica y otros consideran un museo.

Generalmente, apagan las luces eléctricas, para contar relatos a la luz de una vela, lo que le da un ambiente lóbrego. Cada relato, una vela se prende. Es importante no dejar una historia sin terminar, para no perder cierto prestigio.

Esta vez, los relatos eran menos inspirados, algunos recurrieron a contar películas, otros cuentos de  misterio. Aunque con atmosfera propicia, con cierta habilidad. Uno tuvo que recurrir a una leyenda sobre la invasión de los seres de los espejos. Fue cuando volvió mi interés.

En algún tiempo, el mundo de los espejos estaba conectado con el nuestro. Era un mundo muy distinto, con otros colores. Ambos mundo convivían pacíficamente, hasta que el mundo de los espejos inició una invasión. Fue entonces cuando las artes mágicas del Emperador Amarillo protegieron nuestro mundo. Los invasores fueron vencidos y condenados a repetir nuestros actos. Un día se rebelaran…

Algo que no sabían los visitantes es que la historia tenía bastante de cierto, que este lugar estaba muy relacionado. Y la verdadera historia se había desvirtuado. Así que no pude evitar intervenir.

- En primer lugar, nunca se trató del mundo de los espejos. Los espejos reflejan imágenes, la física lo explica muy bien. Sí se trata de un mundo extraño, conectado con este.

Había lugares donde ambos mundos se conectaban. Algunos entraban en ese mundo. Y a su vez, seres de ese otro mundo entraban en el mundo de los humanos, haciéndolo más rico. Fue el origen de seres míticos. Por alguna razón, abundaron por esa época mujeres misteriosas, que preferían mantenerse en la oscuridad.

Lo de la invasión es cierto, también lo de la defensa mágica. También es cierto lo de su derrota. Pero no imitan nuestros movimientos. Simplemente, se cerró la conexión  entre los humanos y…

Hay algo que no saben. Es que la vigilancia sigue, se observan lugares donde las fronteras son débiles. Lugares como…este lugar.

Silencio. Había cierta desconfianza sobre mi relato. También sobre lo oportuno de mi intervención. Los invite que me acompañaran hasta una habitación, donde había un reloj antiguo, y lo que tomaron como un espejo.- Deben saber que en los últimos años, estos incidentes se han incrementado. Tanto que han tenido que reclutar vigilantes de baja jerarquía, con menor tiempo de entrenamiento.

Deben saber que esto no es un espejo, es un instrumento de observación.  Acérquense, si no me creen.

Los más valientes se acercaron. Para ver su imagen reflejada…Hasta que vieron algo muy difícil de describir. Algo fugaz pero terrorífico…para quienes no están habituados.

Debo reconocer que no hubo una huida atropellada. Se fueron ordenadamente.

Tal vez haya sido un poco drástico, pero volverán. O vendrán otros.

Yo vine alguna vez, fue así como me convertí en uno de esos vigilantes poco entrenados. Tal vez venga alguno alguien que se atemorice, tal vez sea una de esas mujeres misteriosas que prefieren mantenerse en la oscuridad.

Sería oportuno que no tarde mucho en suceder.

Porque hay algo que no tuve oportunidad de contar.

Nuestra función es evitar que ellos crucen la frontera. Tenemos recursos para evitarlos. Yo mismo he tenido que intervenir, con mayor frecuencia.

Saben que dependen de nosotros. Y han empezado a tentarnos. Muy torpemente, al principio. Pero ya han empezado a entender nuestras debilidades, nuestros deseos.

Y hay algo peor.

No estoy muy seguro de resistir mucho más tiempo a esas tentaciones.