Dafne Sinedie nos propone escribir un relato, poema o reflexión sobre ese
amor de barrio, ya sea de origen personal o ficticio.
Una nueva oportunidad para el Mara Verso.
Un desafío interesante
Melisa Tupelo y Paula Lowell conversaban en la plaza del barrio en que
había crecido Anita Zinc.
-Esta plaza está muy renovada, es estimulante. Y llena de vitalidad a
este barrio -dijo Melisa- ¿Por qué Anita pretende vivir en ese otro barrio, tan…cerrado,
con gente desagradable?
-Tenés que entenderla. Este barrio le trae recuerdos no muy gratos –contestó Paula, agitando su
rojo pelo.
-El Incidente.
-Son dos hechos distintos. El primero pudo haber terminado mal para ella.
Ella se defendió de esos y volvió a su
casa con la ropa desgarrada.
-Se defendió muy bien, la admiro por eso –respondió Melisa- Y esos
malditos terminaron muy mal.
-Luego sucedió lo del incendio. Sus padres no pudieron escapar, murieron
asfixiados. Y estuvimos a punto de perder a Anita,
-Todos salieron a ayudarla, vos misma me lo contaste.
-No te conté que ese odioso abogado, Bruno Brulote, insinuó que Anita
tenía la culpa por andar de noche, volvía de estudiar. Que el incendio fue por
manipulación de productos químicos. Algunos le creyeron.
Melisa se tomó una pausa para contestar:
-No son perfectos. Pero pueden haber cambiado para mejor.
-Pero Anita necesita alejarse de esa casa - contestó Paula- Irse bien
lejos.
En ese momento, el cuidador de la plaza se acercó a ellas.
-Disculpen. ¿Ustedes son amigas de la Doctora Zinc?
-Podría decirse –contestó Melisa.
- Ella y sus dos otras amigas me salvaron de esa intoxicación por
plaguicidas. Fueron tres ángeles ese día.
-¿Cómo se encuentra de salud? –preguntó Paula.
-Estoy mejor pero me ordenaron hacerme análisis. Me tengo que ir. Denle
las gracias.
Melisa espero que el cuidador se fuera y dijo:
-Tengo una idea. ¿Dónde está Anita?
-Debe de estar en esa casa.
Anita recibió a Melisa y a Paula, en la casa de sus padres.
-Tengo que deshacerme de esto. Pero no me atrevo a venderla o a
demolerla.
-Podrías transformarla en un laboratorio–dijo Melisa.
-¿Un laboratorio de criminalística, de experimentación?
-De análisis clínico –contestó Paula- La gente del barrio no tendría que
viajar lejos.
-Tendría que invertir mucho y sería un desafío…interesante
Anita Zinc sonrió y abrazó a Paula y Melisa.
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