Este es el reto que nos propone Campirela:
“…vamos a ver qué tal
inspirada estoy, les diré que durante estas tres últimas semanas hasta el día 1
del año que viene les acompañaré, seré la anfitriona, espero que las propuestas
sean divertidas y amenas, sé que son fechas que todos estamos liadillos, pero
unas letras se las agradeceré, de igual modo aquí estaré subiendo los que esten
disponibles, desde ya les doy las gracias y espero no aburrirles
demasiado.
Las normas ya creo que son
por todos conocidas, procuren no pasar las 350 palabras, enlazar sus blogs en
los comentarios y ser recíprocos en los comentarios, les diré que hay algunos
participantes que sus textos a la convocatoria pueden que no sean del agrado de
todos por su temática erótica, estos están siempre moderados, lo cual el que no
desee comentarlo es muy respetable.
Así pues, les espero con
entusiasmo entre todos dibujar con letras un retablo de fantasía, imaginación e
ilusión.
Viajar con los sentidos
Los sentidos son puertas que
nos conectan con momentos de nuestra vida. Un olor, un sabor o una canción
pueden despertar recuerdos que parecían dormidos y devolvernos emociones
intensas.
Qué os parece un reto
sensorial, la idea es sencilla; dejar que la memoria fluya y convertir esas
sensaciones en palabras. No importa si el recuerdo es alegre, nostálgico o
divertido, lo importante es capturar la esencia de cómo ese estímulo nos
transporta a otro tiempo y lugar.
Puede ser un olor,
sabor o canción, a eso le podemos añadir que paso, donde y con quién, y
si somos capaces de añadir el sentido que tendría ahora esos recuerdos
ya sería una joya. Así, pues, animarse y escribir algo, ya sea ficticio,
real o mitad y mitad ajja. Os espero
Espero que disfruten imaginando esos recuerdos, les
espero, dejen sus enlaces en esta misma página, iré subiendo a
los participantes, ahorraremos entradas y creo que lo podrán ver mejor.
Desde ya muchas gracias por su colaboración. Imaginación e ilusión que no nos
falten”,
El aroma del pasado
Más de una vez, Anita Zinc fue hacia la casa de su infancia, que seguía
siendo de su propiedad. Y se quedó mirando silenciosamente hasta que sus amigas
Luz y Sol iban por ella, para no dejarla en ese lugar, de buenos recuerdos y de
pérdidas irremediables.
-Pero eso quedó en el pasado –le dijo Sol a Melisa Tupelo, la productora
de Industria científica.
-La casa será un laboratorio de análisis –agregó Luz, abrazando a Sol- Ya
casi están terminando las obras.
-Me gustaría pensar eso. Pero Anita me sigue asustando –dijo Melisa,
tratando de evitar una palabra equivocada- No me parece humana.
-Es más que eso pero no está lista para saberlo –dijo Sol.
-Lo que digo es que parece que Anita nunca lloró –insistió Melisa- Es
raro con lo que le pasó en El Incidente.
Luz y Sol se miraron un momento.
-Alguna vez lloró y no fue agradable –dijo Sol- Fue desgarrador
-Fue por la muerte de su tutor-–agregó Luz- Anita juró que nunca más…
-¿Hablando de mí? –dijo Anita, que llegaba en forma repentina.
Melisa se apresuró a contestar:
-Les estaba preguntando a la parejita feliz, sobre algo que no me
contaste nunca.
-¿Qué te interesa saber?
-¿Cómo descubriste tu vocación por la química?
Anita Zinc sonrió.
-Sí que hiciste una pregunta difícil. Puede ser que por esa herencia
familiar, ciencia mezclada con esoterismo.
-Contá lo del juego de química –dijo Sol.
-Con los guantes, las gafas de seguridad. El microscopio, una lupa, tubos
de ensayo. Llegué a hacer jabones perfumados, alguna fragancia.
-Parece elaborado –dijo Melisa, con admiración.
-Eran unas bases de glicerina, con esencias de lavanda y vainilla –contestó
Anita- Muy simple pero lo recuerdo con cariño, como el aroma de mi amor por la
química.
-Y también ese aceite de masaje –dijo Luz- Como el que nos regalaste una
vez.
-Luz tiene buena manos para los masajes, cuando estoy tensionada.
Melisa sintió un poco de envidia, deseando tanto dar masajes como
recibirlos.
-Entonces les va gustar mi regalo –dijo Anita- Jabón y aceite de masajes.
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