Mari nos propone este tema:
Por acá estoy super contenta de ser
anfitriona de esta semana! Como tema para este jueves 10 de Octubre les
propongo "piezas de ajedrez", se puede nombrar el juego en sí mismo
en la historia o elegir alguna de las piezas que lo componen (peón, alfil,
caballo, reina, rey, torre) y escribir alguna historia que los nombre. Dejen
volar la imaginación y a ver que pieza los inspira más en esta ocasión...
La duración en lo posible debe ser de 350
palabras. Espero les guste la propuesta y a medida que me vallan pasando los
relatos los iré subiendo...
Besos! Mari
La jugada del duende
Esa noche invité a Gabrielle Ganimard
a un selecto club de ajedrez.
Gabrielle me siguió el juego hasta que
vimos entrar a una atractiva morocha, con un pañuelo al cuello.
Ella estuvo preguntando por UlisesLestrade, el cazafantasmas.
-Detective paranormal –intervine yo- Yo
soy primo de él y ella tiene un parentesco lejano.
Fuimos con ella a tomar a un café. Se presentó como Valeria Van Lacke. Había viajado desde su lugar de origen, para ser modelo. Y para huir de un duende enamorado.
-Primero empezó a regalarme flores.
Pero luego hizo travesuras, tirando piedras a la ventana, me escondía las cosas.
Me cansé y me viajé hasta acá, donde me hice aficionada al ajedrez.
-Pero te siguió –dijo Gabrielle a
través de mí- Y aumentó su asedio.
Valeria se sorprendió. Gabrielle le
desabrochó el pañuelo. Había la marca de un chupón en el cuello.
-Como soy socia de este club, vine a
pedir ayuda a Ulises Lestrade, que sabe de estos temas.
-Nosotros también –contesté-
Especialmente, Gabrielle.
-Entonces, ustedes me ayudarán. Miren lo que
me regaló.
Ella nos mostró un tablero de ajedrez,
con piezas de diseño artístico.
-Es un serio problema, te conoce muy bien –escribió Gabrielle- Necesito tu ropa. Y tu perfume.
Conseguimos permanecer en el club, más
allá del horario del cierre. Gabrielle usaba la ropa y el perfume de Valeria.
Escuchamos ruidos en el techo. Y la
característica risa de duende local.
Y pronto estaba el duende, que se disgustó
por no encontrar a Valeria.
-Valeria no aceptará a quien no sea un
jugador de ajedrez –dije yo- Y uno muy hábil.
El duende se sentó a la mesa, con el
tablero que le había regalado a Valeria. Y señaló a Gabrielle.
Gabrielle tomó las blancas. Y empezó
la partida. El duende resultó un duro rival. Lo que demostró cuando tomó a la
dama blanca.
Jugadas después, Gabrielle llevó un
peón hasta el otro extremo, para
recuperar a la dama. Tiempo después, Gabrielle le dijo un jaque mate.
El duende arrojó las piezas. Y se
esfumó. Valeria Van Lacke estaría libre.
-¿Qué habría pasado si ganaba?
Gabrielle se señaló a si misma.
-¿Tanta confianza tenías en ganar?
Gabrielle sonrió con malicia.
Más ajedrez en Hacia el último escalón de la magia
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