Nuría nos propone este reto:
“El vacío existencial, es una pérdida de la motivación y del
interés por lo que acontece, igualmente puede ser la sensación de «no tener
nada dentro».
El concepto de vacío es,
sin embargo, más extenso y puede referirse a un vacío representacional o
existencial (vivencia de no tener nada en la cabeza, no poder pensar, no
recordar), un vacío afectivo (sentir indiferencia hacia casi todo), un vacío
mental (no tener fuerzas para llevar un proyecto adelante), un vacío de deseos
(no anhelar nada) o un vacío de fantasías (no poder imaginar).
Y precisamente sobre ese
vacío quiero proponeros que escribáis. ¿Alguna vez, o en algún momento de tu
vida, sentiste ese vacío? Tal vez en tu juventud, tras la pérdida del primer
amor, quizás al perder un ser querido, o simplemente porque no encuentras tu
sitio en la vida.
Como último requisito, por
favor no exceder las 350 palabras y ser recíprocos con el resto de
participantes.
Aquí os dejo tres imágenes
en las que os podéis inspirar. ¡Qué fluya la creatividad! “
Venatrix
Una pálida
y sombría adolescente, lava ropa teñida de sangre, en una corriente de agua.
-Soy
Letanía, una Banshee. En esta noche oscura y tétrica, hay una celebración, en la que se desatarán conflictos
mortales…
Marco Casio Murano estaba frente a la escultura de una
mujer atractiva.
-¿Deberíamos
estar celebrando –preguntó la voz de una mujer- El mundo será de los Especulares
y también nuestro.
Murano
se dio vuelta para verla, era tan seductora como su voz, con un vestido que
acentuaba su sensualidad.
-Es un
triunfo amargo –contestó Murano señalando a la escultura- Sin ella, siento un
vacío, que el poder no puede llenar.
-¿Lamentás
haber perdido a tu amante? - preguntó burlonamente Francesca.
-Merezco
recompensas, privilegios en este nuevo orden –contestó Murano- Octavia era
parte de eso. Y me la quitaste.
-Pero
puedo compensarlo –contestó provocativamente Francesca- Podría llegar ese
vacío. Muy intensamente.
-Tal
vez. Pero no esta noche.
-Podés
quedarte con ella –dijo despectivamente Francesca- No habrá otras estatuas como
esa.
-Atrapé
a la escultora.
En las
ruinas de una mansión, había una mujer atada entre dos columnas. Vestida un
peplo rasgado, algunas marcas en su cuerpo, se mantenía beligerante, con
expresión de ira.
Murano y
Francesca estaban frente a ella.
-Así no
se trata a una artista, Francesca.
-¿Ella
también te gusta, Murano? Atalanta será tuya cuando termine con ella.
A una
señal de Francesca, unas sombras tomaron forma de látigos, que atacaron a Atalanta.
La mujer
no se rindió, insultó en un idioma que se parecía al latín.
-Lo
lamento, Atalanta. Sé lo que es perder a alguien- dijo Marco Casio Murano.
-Yo no
me enternezco, Murano. Su amigo, El
Viajero Interdimensional, con sus vórtices, y ella, con su fuerza, su
velocidad, fueron toda una molestia.
Unas
esferas rodaron por el piso
-Y
tenían estos talismanes en su poder.
Atalanta
bramó de furia. Hizo un esfuerzo por soltarse.
-Lo
lamento. Yo soy un Maestro Vidriero, tanto como un Guardián Interior. Por mí te,
liberaría, Atalanta. Pero no puedo.
Murano
se acercó a Atalanta y le dijo en su oído:
-Usá el
vacío interior, ese dolor que sentís y convertílo en furia.
La cara
de Atalanta se deformó por la rabia. Uno de las esferas brilló, lo que alegró a
Francesca. Pero Atalanta rompió las ataduras. Las sombras la rodearon, transformándola
en una furia vengativa.
-¡Soy
Venatrix!
Francesca
quiso escapar pero Murano Venatrix la
atrapó, la envolvió con sombras, que la aplastaron. Hubo un grito desgarrador. En
el piso quedaron los restos de un vestido, cubiertos de sangre.
Venatrix
enfrentó a Murano.
-No te
olvidés el otro talismán –dijo Murano- Podrías encontrar a otro portador.
- Francesca
quería una parte del poder, en este mundo oscuro. Y esto es lo que quedó de ella.
Letanía
retomó el lavado del vestido.
-Habrá
más historias como está, en este mundo invadido por Especulares. Les deseó que
no sean partes de ellas –concluyó Letanía.
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