Este jueves, un relato: Regálame un sueño

Esta semana, Maribel Lirio nos propone que le contemos nuestros sueños, con la promesa de analizarnos. Mis sueños no son lo que fueron, espero que esto cambie, así que recurriré a algún sueño pasado. Si alguien quiere usarlo para escribir algo, adelante.

Emergí en un lugar conocido.

Era un demiurgo local. Seguiría siéndolo mientras me mantuviera en eso lugar. Salir de ahí me haría perder los poderes, podres para descubrir, convertirme en humano.

Tenía la intención de quedarme en mi lugar. Pero había una cierta conspiración, que pretendía desplazarme.

Recuerdo haber luchado contra una corriente de agua, contra la que luché para evitar ser arrastrado y alejado de mi región.

Había una jerarquía, de la que no llegué a saber mucho. Sólo conocí a mi superior inmediata.

 Era una mujer, un poco más alta que yo, de pelo negro, renegrido, esbelta, de ojos oscuros. Hermosa y sugestiva mujer.

Pero había ciertas fuerzas en mi contra, que me transportaron   a un edificio, sin ventanas, con una pantalla que sólo transmitía algo gris, como una interferencia. Obviamente, pretendían encerrarme para limitar mi influencia.

Tuve que usar mi poder, sin mucho conocimiento para usar usarlo. Y siendo un demiurgo, un ser imperfecto. Me visualicé fuera del lugar.

Y logré escapar.

 Y encontrarme con ella. Mi superior inmediata. Ella me dijo que mientras estuviera cerca de ella, conservaría mi poder. Aunque estuviera lejos de mi lugar.

Y sucedió lo deseado. Al aire libre, cambiando de lugar, sin una continuidad muy firme. Intimé con ella.

Fue algo intenso, placentero. Pueden imaginarlo.

Y en esa situación, la visión, el sueño, se fue esfumando.

Más sueños enSoliluna