Nuevamente me adhiero a una iniciativa
de Tiffany, en Plegarias en la noche.
Este año, a diferencia de los anteriores,
no pude preparar una gran iniciativa de Halloween como suelo hacer. Entre los
tiempos ajustados, las prácticas profesionales y el cierre de mi carrera para
recibirme de Técnica Universitaria en Bibliotecología, los días se me fueron
más rápido de lo que imaginaba.
Aun así, no quería dejar pasar una de mis
fechas favoritas sin compartir algo con ustedes. Porque en Plegarias en la
Noche, Halloween no se trata solo de disfraces o calabazas, sino de celebrar lo
que más nos une: las historias que nos erizan la piel y encienden la
imaginación.
Así que, aunque este año no haya una gran
propuesta, los invito a acompañarme en una noche especial, donde una buena
historia de terror será suficiente para mantener viva la tradición. Y agradecer
a la autora Adriana Cloudy que todos los años nos comparte una historia de su
autoría para compartirla con todos ustedes.
¡Bienvenidos, una vez más, a la oscuridad
de Plegarias en la Noche!
Será una historia más de dos
investigadores de lo paranormal. Sin límite de palabras.
La
declaración de Héctor Lestrade.
La misteriosa Dana Serling, con su
pelo rojizo, teclea un informe sobre un caso paranormal, en un lugar
inesperado, no tan obvio. El informe incluye fragmentos de la declaración de
Héctor Lestrade.
“Gabrielle Ganimard estaba muy descontenta
por la llegada de Halloween, en una versión desvirtuada.Tenemos antepasados de
Averoigne, en que los druidas estuvieron muy presentes. Es molesto ver como
tradiciones heredadas se hayan convertido en una cuestión comercial.
Por eso ella decidió viajar a un lugar
lejos de esa farsa, a la provincia de Salta. Y llegamos a una peña, a ver
espectáculos folklóricos.
Gabrielle se puso a bailar chacareras,
no fue molesto acompañarla. Parecían vacaciones.
-Ustedes no parecen franceses –dijo curioso,
tomando un vaso más de vino tinto- Bailan bastante bien, especialmente la
chica.
-No lo somos, aunque tenemos
antepasados de una región poco conocida de
Francia. Hay un bosque misterioso…
-¿Hay brujas en ese bosque?
-Las hay. De las que curan y las que
son peligrosas. Un antepasado conoció a las segundas y las enamoró con versos
improvisados.
-Todo un cantor. Un brindis por…
Y acá donde Gabrielle apareció, para
que yo hablara de más, sobre nuestros orígenes.
-Gabrielle, iba a contarme algo. Creo
que tendremos que investigar. ¿Cómo? ¿Nos llamaron de la sucursal local?”.
Dana Serling escribe que Ganimard y
Lestrade habían viajado por una agencia dependiente de Nausicaa, agencia internacional
de investigaciones. Y la sucursal más cercana los convocó para investigar
ciertos rumores. Dana Serling retoma la crónica de Héctor Lestrade
“-¿Una aparición de La Viuda? Se
supones que hay varias, sólo en Argentina.
-Apareció un muerto. Y tenemos que ir
rápido.
Había demasiado curiosos, como mi
interlocutor de la peña. Contenidos por una Brigada de Respaldo Paranormal,
dirigida por un tal Carpenter.
El muerto era un tal Bruno Beodo, un
turista, con una expresión de terror, ropa desgarrada. Un marcado olor alcohol.
Con Gabrielle sacamos dos evidentes conclusiones.
-La Viuda estuvo en esta escena –dijo Gabrielle,
en su lenguaje de señas.
-¿Ustedes se dicen investigadores? –protestó
Karen Cortés, pareja del difunto Beodo- Mejor investiguen quien se roba mi
maquillaje. ¡Parece mentira! El hotel es de cuarta…
Gabrielle y yo dejamos la escena en
manos de una Brigada de Respaldo Paranormal, que Nausicaa había enviado.
Seguimos las huellas. Y la
encontramos. Una mujer delgada, pálida, vestida de negro, con un velo sobre su
rostro. Me hizo una seña. Y luego se fue.
Hablamos con Gabrielle.
-Creo que La Viuda está buscando un
encuentro amorosas. Y parece que yo tengo algo de atractivo de nuestros
antepasados.
Gabrielle insistió en acompañarme.
-No. Tiene que ser a solas.
Luego me pregunté porque hablé.
Caminaba por ese bosque, en esa noche tan oscura. Cuando podría haberme quedado
en una biblioteca o haciendo mi trabajo de genealogista.
Antes de seguir pensando, ella me
encontró. Levitando se acercó hacia mí. Se levantó el velo y me mostró el
rostro, pálido y maquillado….”
Dana Serling escribe en su informe que
Héctor Lestrade fue encontrado a la mañana siguiente, con la ropa desgarrada.
Pero vivo. Un poco mareado.
“Gabrielle y yo nos reunimos con
Carpenter. Teníamos la solución del caso.
-Está claro que Bruno Beodo fue
asesinado. Pero no por ninguna aparición local –comencé a explicar- Sino por
Karen Cortés, quien trató de echarle la culpa a una leyenda local.
Gabrielle opinó que era algo
planificado.
-Probablemente por cuestiones
económicas, algún seguro.
Carpenter asintió.
-Sabemos quién es el cómplice –dijo Gabrielle.
Y entonces mi di cuenta. Había hablado
conmigo. Tenía una relación con Karen Cortés.
-La Viuda sólo fue testigo. Buscaba
una cita. Y la tuvo.
-Pero no sirve como testigo –objetó Carpenter.
-Tendrán que recurrir a las evidencias…”
Dana Serling terminó el informe
certificando la declaración de Héctor Lestrade.
La iniciativa en Plegarias en la noche
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