Nuria de Espinosa nos presenta el siguiente reto:
Convocatoria juevera, cada jueves un
relato, 17 de octubre:
¡El Lobo Feroz!
La leyenda del lobo feroz ha sido contada a
lo largo de generaciones: un ser astuto, temido y lleno de misterio. Pero ¿es
el lobo realmente el villano que todos creen? ¿O detrás de sus afilados
colmillos hay una historia que aún no ha sido contada? Te invito a reimaginar
este icónico personaje. Queremos conocer tu versión del lobo feroz: puede ser un
depredador, una víctima, un héroe inesperado o incluso algo más allá de la
imaginación. Todo vale, siempre que el lobo se mantenga en el centro de tu
historia.
Extensión máxima 350 palabras, si es
posible y no afecta al relato para hacer más amena la lectura de los
participantes.
Esta es tu oportunidad de darle una nueva
vida al lobo feroz. Atrévete a desafiar los cuentos y a mostrar la cara oculta
del lobo. ¿Estás listo para contar su historia?
¡Espero tus aullidos literarios!
En piel de lobo
En una noche
tenebrosa, una pálida y sombría adolescente levita, sosteniendo un abrigo, con
una capucha.
--Soy
Letanía, una anunciadora de muerte. Y también una narradora de cuentos
inquietantes.
Les
contaré una historia que empieza un viernes…
Lobo tendió una piel de lobo en la tierra. Pronunció
unos conjuros que sólo funcionan con séptimos hijos varones. Y luego se arrojó
sobre la piel, sobre la cual dio varias vueltas
Se
transformó en un lobo repulsivo, sin cola,
pelo largo sucio. Con salvaje voracidad, fue en busca de inmundicia, presas fáciles,
tal vez algún cadáver.
Ella era
una adolescente, vestida con un abrigo con caperuza, color rojo, que se chocó
con Lobo.
-¡Caramba!
¿Qué hace una chica tan sola y tan distraída en este bosque? Están los
Especulares, podrían llevarte.
Miró al
ser, que andaba encorvado, casi en cuatro patas. Y le contestó:
-¿Te
conozco?
-Creo
que no. Me llamó Lobo.
- Yo soy
Ingrid Rojas. Tengo que llevarle comida a mi abuela. Está tan sola en esa
cabaña. Y tengo miedo por ella.
-
-¿Por
qué la dejaron sola?
-Se está
escondiendo. La acusaron de ser bruja y de colaborar con los Especulares.
Lobo se
ofreció a proteger a la abuela de Ingrid, hasta que ella llegara. Era un
lobizón, sólo devoraba cadáveres. Ella le explicó el camino.
Lobo irrumpió
con facilidad en la cabaña. Y se sorprendió al ver una mujer más joven de lo
que esperaba.
-Supongo
que vas a comerme, lobizón.
-Ahora
no estoy convencido pero sos una bruja, estás maldita. Y sólo puedo comer a los
malditos.
-Dame
una oportunidad –dijo la mujer, seductoramente.
Lobo la
abrazó, la besó en la boca. La saborearía antes del final. Ella lo abrazó, pasó
una mano por la espalda. Y entonces le clavó un pedazo de vidrio, en el cuello.
-Vidrio
de plata –dijo ella
Lobo
cayó muerto. Y recuperó su forma humana, quedando envuelto con piel de lobo.
-Muy
bien, Lydia. Conseguiste la piel –Ingrid Rojas, que llegaba a la cabaña- Ya
estaba cansada de esta capucha.
--Y de
personificar a tu abuela joven –contestó Lydia, transformándose en una mujer
más joven, de ojos grandes.
Ingrid
se quitó el abrigo y tomó la piel de lobo, en la que se envolvió.
- Ahora
que tengo la piel de un lobizón, seré Saga Sigrid. El ama de las pesadillas.
Letanía
concluyó:
-Y fue
así como surgió Saga Sigrid, la bruja de las pesadillas. Con la ayuda de Lydia Corman, la intrigante cambia formas.
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