Desde su espacio virtual, Magade nos propone sumergirnos en el cautivador universo de los sueños.
El desafío
consiste en incorporar a nuestro relato a un personaje histórico real, que
aunque ya no está con vida, ha dejado una marca para siempre.
La tarea se
centrará en explorar sus experiencias oníricas y cómo estos sueños reflejan
aspectos de su vida. ¿Qué sueños podría tener? ¿Con quién soñaría? ¿Qué
pesadillas sufriría? ¿Un sueño recurrente? Mil preguntas que podríamos
responder a través del relato y que MAG nos invita a explorar,
imaginando encuentros y diálogos, como se comunican con los vivos y entre
ellos.
El
sueño de la escultora
Dolores
Mora, también conocida como Lola Mora, comenzó siendo una pintora, aprendiendo
sobre el neoclasisismo y el romanticismo. Los retratos de carbonilla de
personas destacadas de su época le dieron algunos ingresos.
Con una
beca, viajó a Europa, para perfeccionar a sus estudios. Y por casualidad, el
aprendizaje en Roma la derivó a la escultura. Fue donde instaló su casa y
taller.
Dolores Mora
recordaba su regreso a Buenos Aires, en que sus esculturas de cuerpos desnudos
provocaron escándalo en la sociedad, por considerarlas licenciosas y libidinosas.
A pesar de
eso, había conseguido renombre, incluso a nivel mundial. Tuvo ofertas de otros
países, que rechazó por no querer adoptar otra ciudadanía.
Pero todo
eso parecía haber quedado atrás. Los mecenas habían muerto. Los detractores habían
logrando que una de sus grandes obras fuera desmantelada y marginada.
Debía elegir
entre residir en Roma o quedarse en Buenos Aires.
Cansada por un día de trabajo, en que habría
trepado escalera y andamios, se sumergió al Plano Onírico. Estaba en una
habitación oscura, como dibujada con lápices de carbonilla, en que se
escuchaban relojes. Y entonces, la habitación se convirtió en un improvisado
taller de escultura.
Había un
hombre que miraba con fascinación a una escultora, atlética, alta y fuerte, sin
dejar de ser femenina. Dolores Mora la vio con atención, parecía ser una mujer
de la antigua Grecia. También la vio esculpir, con fuerza, con pasión. Y con
potencia en sus manos.
Al
escucharlos hablar, supo que él se llamaba Dante Serpieri y ella, Atalanta. Un
nombre apropiado.
-Suficiente
por hoy –dijo Dante- Me parece que ya terminaste.
La escultora
consideró acertado el comentario, al ver la escultura de esa ninfa.
-Y además,
prometí mostrarte unas obras maestras.
Dante
Serpieri hizo gesto y se abrió un remolino, en el que entró, acompañado por Atalanta.
La escultora los siguió, quería ver esas obras maestras.
Y un momento
después, estaban frente a El eco (la elocuencia). La emoción de Atalanta fue
indescriptible, se puso de rodillas, exclamó en un idioma parecido al latín.
Era una reacción que nunca había recibido, en una sociedad tan formal.
La escultora
fue siguiendo a la pareja en su recorrido, hacia la Estatua de la libertad y
finalmente, hasta la Fuente de las Nereidas.
-¡Amo a esas
ninfas! –exclamó Atalanta- ¡Amo a esa mujer!
Por primera
vez, Dante Serpieri miró a la escultora.
-Ella la
admira –le dijo- Dice que no conoció antes una artista de ese nivel.
El sueño
comenzó a esfumarse, pero llegó a escuchar la voz de Atalanta.
-Yo pensaría
en quedarme en Roma.
Más Mundos oníricos en La Trastienda del Pecado
Un sueño para escribirlo, para desear que se haga realidad que las nereidas logren movilidad y contagien. Abrazo
ResponderEliminarMe gusta lo poetíco de tu comentario.
EliminarUn abrazo.
Un relato muy, pero que muy bonito. Me has dejado loca.
ResponderEliminarHas ido llevando el hilo del sueño de la mano de esas bellas esculturas que son obras de arte, pero a lo grande.
Te felicito por tu sueño que a la vez nos ha guiado por el mundo de las esculturas más bellas de Roma.
Un besote, feliz finde.
Me gusta lo de muy bonito. Parece que te ha gustado mucho.
EliminarMe gusta lo que decís del el hilo del sueño, de la mano de esas esculturas.
Aunque parezca irreal, estas esculturas están en Argentina, no en Roma.
Feliz fin de semana. Un gran beso.
Pues, de veras que pensé que eran de Roma , yo estado y son casi , casi idénticas.
EliminarUn besote.
Seguramente por la formación que tuvo Lola Mora, quien vivió en Roma y aprendió de un maestro italiano.
EliminarUn beso
impresionante estilo, rescatando los ideales de la escultura griega, y todo debido a este sueño.
ResponderEliminarAtalanta y Dante ayudaron a que ella pudiera seguir ese destino
Un sueño inspirador, era mi intención.
EliminarMe gusta tu resumen. O a que no se de por vencida.
Saludos.
Un mundo onírico que es todo un homenaje al arte.
ResponderEliminarPreciosas las imágenes elegidas.
Saludos, Demiurgo.
Me gusta como lo resumiste.
EliminarUna muestra del talento de la escultora.
Saludos, Miguel.
Hola, Demiurgo:
ResponderEliminarEncuentro en tu relato una reflexión acertada sobre cómo el más allá onírico nos acerca a una realidad cercana que decidimos ignorar. Los sueños son oasis en el desierto de la Realidad, pueden ser también espejismos que nos ayuden a avanzar por tierras áridas de afecto, lo que no deben ser es quimeras que nos adentren en pedregales de remordimientos.
Soñarse con ser algo posible lo convierte en probable.
Un abrazo, Demiurgo.
Hola, Nino.
EliminarMe gusta lo que encontrás a mi relato. Como lo onírico acerca a una realidad cercana. Y lo del oasis en el desierto, que puede ser un espejismo, que ayuda a avanzar.
Me gusta tu comentario.
Saludos.
WoW, Demiurgo, que tristeza debió sentir Dolores cuando se esfumaba su sueño. Qué bello recorrido en su sueño, ver la escultura de la elocuencia, la estatua de la libertad y la fuente de las Nereidas. Y al final de su sueño oír la voz de Atalanta decir que se quedaría en Roma...
ResponderEliminarY no me extraña, Roma es un museo en sus calles llenas de estatuas y esculturas.
Me hiciste recordar el viaje que hice y la semana tan maravillosa que pasé en Roma. Un relato magnífico. Un abrazo
Me gusta esa expresión inicial. Pienso que sí, el dejar a quienes valoraban su arte, incluyendo una escultora de gran nivel.
EliminarSería un gran recorrido.
Lo que comentás le da sentido a esas palabras, debe de ser aun más especial desde el punto de vista de Atalanta. Aporta mucho tu experiencia personal.
Gracias por semajante elogio. Un abrazo.
Hola Demi, un recorrido escultórico nos has realizado con tus letras, original. Buen aporte.
ResponderEliminarUn abrazo. :)
Hola, Merche. Parece que resultó bien ese recorrido.
EliminarQue bien que te parezca un buen y original aporte.
Un abrazo.
Por suerte para nuestro patrimonio, al final se quedó en Argentina. Gran artista y destacada mujer que supo abrirse paso en un mundo de hombres. Merecido homenaje le haces, Demiurgo. Un abrazo
ResponderEliminarA pesar de que no fue valorada como debía.
EliminarEs como vos decís, eso fue lo que me llevó a escribir sobre ella, aprovechando la convocatoria de Magade.
Tal vez siguiendo el camino de las musas.
Un abrazo.
Hola Demiurgo me gustó mucho lo que escribiste, realmente una excelente artista Lola Mora, hermosas sus obras, qué bueno que sus obras quedaron acá en Argentina, lástima que a veces no las cuiden como debieran.
ResponderEliminarUn hermoso homenaje a esa maravillosa artista, te felicito.
Un abrazo.
PATRICIA F.
Hola, Patricia.
EliminarQue bien que te gustó. Realmente lo es, es algo bueno que sus obras hayan quedado en Argentina, donde deberían ser más valoradas.
Que bien que hay funcionado como homenaje.
Un abrazo.
¿qué fuera, no? que las respuestas a nuestro desarrollo personal nos fuera proporcionado a través del sueño.
ResponderEliminara veces lo onírico y la realidad están unidos por un hilo, que por muy tenue que sea, no está lejos de la verdad.
saludos.
Sería muy interesante.
EliminarEs interesante lo que planteás.
Saludos.
Los sueños siempre nos inspiran a veces no retan y otras nos asustan. Pero siempre son mágicos. Te mando un beso.
ResponderEliminarMe gusta lo que comentás. Pueden ser inspiradores, de diversas manera.
EliminarApruebo esa idea de que son mágicos.
Te envío un beso.
Que bonito lo has contado Demi , eso de entrar en el plano onírico mediante un remolino... y esas precisas esculturas...
ResponderEliminarMe encantó.
Que logro que te parezca bonito, lo de entrar mediante un remolino. Son magistrales.
EliminarMuchas gracias.
Excelente relato amigo 👏 Lola Mora una genia 🖤
ResponderEliminarUn besote desde Plegarias en la Noche
Gracias por semejante calificación. Estoy muy de acuerdo.
EliminarGrandes besos, amiga.
Wow, esto me gustó mucho, el recorrido mental ha valido la pena para volverlo cíclico.
ResponderEliminarQue tengas un buen fin de semana, Demiurgo.
Gracias por esa expresión inicial. No lo había pensado pero podría ser.
EliminarUn buen fin de semana para vos, Maia.
¡Ay, qué relato tan evocador! Me transportó a través del tiempo y el espacio, como si estuviera contemplando las esculturas cobrar vida ante mis propios ojos. Dolores Mora, o Lola Mora como la conocemos, siempre fue una mujer adelantada a su tiempo, desafiando convenciones y esculpiendo con pasión y fuerza.
ResponderEliminarMe conmueve la manera en que el sueño nos lleva a un mundo donde el arte y la admiración se entrelazan sin barreras. Ver a esa escultora, tan poderosa y femenina a la vez, recreando la belleza de las antiguas ninfas griegas, es simplemente inspirador.
Y la reacción de Atalanta ante las obras maestras, esa genuina devoción, es un tributo a la grandeza del arte y su capacidad para trascender épocas y culturas.
Quizás en ese sueño se encuentre la respuesta para Dolores Mora, un recordatorio de su propio valor y legado en el mundo del arte. Tal vez Roma sea el lugar donde su espíritu creativo pueda encontrar su verdadero hogar, donde su talento sea verdaderamente apreciado y celebrado.
En fin, este relato es un regalo para el alma, una invitación a seguir soñando y creando, sin importar las adversidades que puedan cruzarse en nuestro camino.
Agradezco esa expresión inicial, como que el relato te parezca encantador. Me gusta que te haya transportado, es una sensación que quería dejar en mi relatto. Era mujer de muy avanzada, desafiante a su época.
EliminarMe gusta que te parezca inspiradora esa interacción. con el arte Atalanta, la belleza de esas ninfas.
Y que te guste la fascinación de Atalanta, su devoción.
Tal vez lo sea ese sueño. Y en un mundo paralelo, tome la decisión de quedarse en Roma.
Me gusta lo que decís sobre mi relato, en ese párrafo final. No sabía que fuea tan especial.
Un abrazo.
Me ha encantado la originalidad del relato; de como he entrado en el sueño como si fuera un aprendiz de artista...
ResponderEliminarUn saludo
Me gusta que le hayas encontrado originalidad a mi relato. que hayas entrado en el sueño.
EliminarSaludos.
Una mujer que también le debemos el respeto por todo lo que hizo en este camino de reconocimientos y derechos, además de la admiración que nos despierta sus obras.
ResponderEliminarQue bien que hablaras de ella.
Un abrazo Demi :)
Completamente de acuerdo.
EliminarObras admirables.
Agradezco tu comentario.
Un abrazo, Cecy.
Un acierto usar las esculturas para ese recorrido por el arte combinado con los sueños.
ResponderEliminarMuy interesante. Un abrazo, Demi
Que bien que te parezca un acierto. Y que te parezca interesante.
EliminarUn abrazo.
En Roma estaba el origen de su afición al arte. El sueño con la estatua de las Nereidas la impulsó a plantearse iniciar una nueva vida allá donde quedó sembrado su amor por la escultura.
ResponderEliminarBuena aportación, Demiurgo.
Saludos.
Así es. Por lo menos, pudo haber sucedido en este relato que escribí.
EliminarGracias por esa opinión.
Saludos, Marcos.
Que bien has tramado el argumento para introducir a una persona real, no solo en el mundo onírico, sino en TU mundo onírico.
ResponderEliminarABrazoo Demi
Me pareció que el tema de lo onírico era compatible con la forma en que suelo tratarlo.
EliminarSaludos, Gabiliante.
¿Y si el mundo onírico estuviese solo a un remolino cruzando la acera? quizás debería quedarse en Roma y ver que sucede, a veces los sueños son mas sabios que nosotros mismos.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho Demi!
Un besazo!
Que interesante pregunta. A veces tienen una potencial respuesta.
EliminarEs un logro que te haya gustado mucho.
Un gran beso, Morella.
Un buen relato, y la parte del sueño, perfectamente explicada.
ResponderEliminarMe alegra que te parezca buen relato. Y perfectamente explicada la parte del sueño.
EliminarSaludos.
Hola, Demi.
ResponderEliminarSiento mucho llegar tan tarde a leer tu relato, pero heme aquí para disfrutarlo y agradecerte, de corazón, tu participación.
Ciertamente, muchas veces me pregunto, si no serán los sueños la vida real y viceversa. ¿No te lo has planteado alguna vez? Mi vida en los sueños resulta muchas veces mucho más intensa e interesante :-)
Un beso enorme.
Hola, Magadee.
EliminarPero llegás para comentar y eso es lo que importa, que además disfrutes de lo que escribo es un logro para mí.
Interesante lo que planteás. Más de una vez me lo he preguntado. Algunas veces no. Pero en otras veces es más intensa e interesante.
Un gran y especial beso.
Impecable cómomezclaste una biografía real con tu mundo de personajes
ResponderEliminarCreo que nunca habías hecho eso, ¿puede ser?
Interesante nueva búsqueda.
Abrazos
Me gusta como lo resumiste.
EliminarAlguna vez, también con Lola Mora, pero del punto de vista de Atalanta.
Gracias por el comentario.
Saludos.