Este jueves, un relato: Cartas de amor

 

Desde su blog, Cecy nos propone el siguiente tema:

 “Será que estamos en el mes donde se festeja el día de los enamorados. Y me puse romántica, y recordé que tuve la fortuna, la oportunidad de recibir cartas de puño y letra, con su estampilla pegada y enviada por correo. No fue una, sino varias, y la alegría después de tanta espera, y la emoción de recibirla, tomarla entre mis manos y devorarla con mis ojos, es algo que guardo en mi corazón como un gran tesoro.

 Hoy la vida es todo para ayer, y la ansiedad hace que no podamos esperar. Hoy la tolerancia nula de los jóvenes a la frustración es tremenda, por esa ansiedad que creció por lo inmediato. Imaginen, cuando la comunicación era solo por carta manuscrita, y salían despachadas por los barcos y tardaban meses en llegar… Hoy nos resulta algo muy atávico.

La convocatoria se trata de escribir una carta de amor:

*Cortejo de amor* *Amor platónico* *Despedida del amor* *Amor no correspondido* *Un amor atormentado* *Amor Prohibido*

Del amor que les plazca y en el formato que ustedes prefieran queridos/as Jueveros.

Las reglas se las dejo en este enlace

¡¡A divertirse que de eso se trata, los espero el jueves con mucha ilusión!!”

 

De Ulises Lestrade a Sephora.

Sephora:

Mi amada bruja del bosque.

No me gusta las despedidas,  por más inspiradas que sean las palabras que se usen, las despedidas me resultan duras. Y esta me lo resulta especialmente.

Pero sería una descortesía el partir sin dejar unas palabras escritas, sería parecido a olvidar tantos momentos compartidos.

Como la primera vez en que te vi, esas circunstancias tan atípicas. Por entonces, yo sólo era el guía del bosque, con maravillas y peligros.

Fui contratado para guiar a un grupo de investigadores, que habían tomado el caso de una bruja sospechosa.

Los llevé hasta tu cabaña. A primera vista, supe que las acusaciones eran infundadas. Al escuchar tu voz, alternando entre francés y lengua de oc, quedé fascinado. Y repentinamente, tuve la inspiración  para encontrar las pruebas que probaban tu inocencia.

Y les hablé de tu generosidad, de tu bondad sin límites, que habían sido usadas en tu contra. Como recompensa, me dejaron quedarme en tu compañía, para ayudarte con tu laboratorio, que habían desordenado. Fue algo rápido, lo que te molestó, querías mi presencia.

Pensé que era la soledad de una cabaña en el bosque de Averoigne, que necesitabas compartir tus nociones de alquimia con un discípulo.

Pero me resultó obvio que había algo más. Se despertó una mutua atracción, que se manifestó en la intimidad, recuerdos que pasamos días completos en tu habitación.

Son momentos en los que he querido detenerme, para permanecer perpetuamente. Pero lo ideal suele llegar a su fin.

Me recordaste que yo tenía un talento especial, que debería aprovechar, como un detective de asuntos paranormales. Tendría la oportunidad de demostrar la inocencia de personas, humanas o no, injustamente acusadas.

Tendría que comenzar un largo camino, lejos de Averoigne. Me dijiste que no me preocupara, que te olvidaría en algún momento.

Extrañaré los aromas y sabores de tu cocina. Como el susurro de tu voz y el sabor de tus besos.

Con amor, Ulises

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