Este Jueves, un relato: Historias de Moulin Rouge

Neogéminis nos presenta el siguiente tema:

“Nuevamente me toca conducir un encuentro juevero y esta vez se me ha ocurrido buscar inspiración en la obra del genial Toulouse Lautrec, en los lugares del Paris del SXIX que retrata, sus personajes, sus historias (ficticias o reales), en fin, lo que les surja a partir de las magníficas imágenes que aquí les dejo. Espero les entusiasme la idea y surjan muchos relatos”.

En carrera contra el reloj, desarrollé un cross over, de personajes del Mara verso. Me he tenido que exceder un poco con las palabras. Acepto sugerencias para el título.

Título

Sofía, mi compañera y ayudante, y visitamos la torre Eiffel.

Fue una cita que derivó en un encuentro en una habitación de hotel, tan intenso que tuvimos la sensación de estar en un cuadro de Toulouse Lautrec, el cartelista de Moulin Rouge.

Entonces sucedió algo que alteró nuestros planes.

-.Tenemos un caso en el Folies Bergère.

Un lugar que ha tenido bailes más sugestivos que el can can del Moulin Rouge. Actuó Le belle Otero, algún actor de cine mudo.

Nos reunimos en un café con Luz y Sol, una pareja en viaje de luna de miel.  Repentinamente aparecieron al costado del escenario, en otro mundo.

- Soy Ulises Lestrade, Y ella es Sofía, mi ayudante. Somos detectives paranormales.

Ellas se presentaron. Tenían como amiga a Anita Zinc, una química con secretos heredaros alquímicos. Uno de esos esos secretos era una fórmula alquímica, un baño que convertía a una  mujer en su potencial oculto. Por eso eran tan perfectas.

Lo siguiente fue viajar a un laboratorio de Nausicaa, la agencia de investigaciones para la que trabajamos.

-Fui iniciado en la alquimia por una bruja-Sofía sonrió maliciosamente- Ella conoce una fórmula similar pero no la usa, porque existe un sacrificio. Se corta sarita a tiras atroces, dice un palíndromo.

-Anita no quería sacrificar-dijo Luz-

-Descubrió un sustituto- agregó Sol-

-Yo puedo mejorarlo.

Mientras tanto yo trabajé con Sol, Luz y Sofía buscaron en un mapa.

-Encontramos el punto de regreso- dijo Luz, un rato después-

-Y nosotros mejoramos el sustituto- contesté.

-Que bien-acotó Sofía- A las chicas se les acaba el tiempo.

El punto de encuentro estaba en el Moulin Rouge, en etapa de refacción. Entramos por ser detectives de Nausicaa.

Necesitábamos encontrar el punto preciso.

-¿Pueden recordar lo que sentían en ese momento?

¿Una pregunta muy acertada.

-Suban al escenario- les dije-

Luz y Sol se besaron, apasionadamente en el mismo escenario en que se habían besado la escritora Colette y su amante, en una obra de teatro.

Y se esfumaron.

Así fue como Sofía y yo las ayudamos a volver al mundo de Anita Zinc. A quien llevarán una fórmula mejorada.

Sofía me dijo que ese encuentro no había sido el último. Que volveríamos a verlas.

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