Este es el tema propuesto por Juan Carlos Celorio:
"…esta semana
en la que quiero proponeros hablar sobre esos cines de barrio o de pueblo
en los que pasábamos una tarde (generalmente la del sábado) viviendo las
aventuras que nos ofrecía la pantalla. Pasear por cualquier lugar es ir
comprobando la masacre que han sufrido aquellas maravillosas salas. De algunas
no queda ni rastro, otras sencillamente están cerrada y, lo más horrible, he
visto una convertida en casa de apuestas.
Es cierto que en
los tiempos de Netflix, HBO y otras plataformas, las salas de cine han perdido
sentido, pero hace plantearse qué ha pasado en un mundo en el que el lugar que
ofrecía a los niños aventuras y sueños sea ahora una tienda o una casa de apuestas.
¿Qué futuro estamos construyendo?
Para
rememorar esas viejas salas os dejo algunas imágenes de algunas viejas salas
abandonadas que he fotografiado como son el Gran cine Royalty Gandía (la
primera imagen), y a continuación las del Cine Paris de La Coruña que es tienda
de ropa, del cine Muñoz de Tembleque (Toledo), del cine Maravillas de Teruel y
esa tan triste del cine Lowen de Tubingen (Alemania), en la que en la entrada
han tachado en rojo la opción film.
Pues con estas imágenes o cualqesquiera otras que elijáis, os espero el
jueves para contarnos historias de esos antiguos maravillosos cines en los que
tantas historias se vivieron o reflexionar sobre el cambio del mundo que ha
supuesto su desaparición. Os deseo que esta semana seáis tan felices como
lo éramos con aquellos programas dobles y nos vamos leyendo”.
¿Y que te cuento? No recuerdo mucho sobre ese entonces, tal vez lleve mucho sin renovarlos.
Esta plaza tiene mejor aspecto ahora. Las estatuas son las mismas. El paisaje es mejor, por lo que recuerdo. Es un buen lugar para dibujar árboles.
Es un buen lugar para hacer ejercicio, se puede caminar alrededor, haciendo varios recorridos. Pero suele evitar pasar por el otro lado de la plaza. Es que hay algo que no hay ahora, que antes había. Un cine.
Sí, había un cine en esta ciudad, municipio. Un cine enfrentado a uno de los lados de esta misma plaza.
Vagamente recuerdo que daban películas, que luego serían clásicos. Como Pink Floyd The Wall. Alguna películas de terror, como las de Freddy Kruegger, ese tipo que mata en los sueños. Fue toda una novedad la primera película.
Creo recordar que pasaban películas que ahora se llaman bizarras, películas prohibidas para menores. Y esa película sobre un recital de despedida, de no recuerdo que grupo. Adiós algo que no recuerdo.
Lo último que recuerdo no fue una película, sino unos coros municipales. Menos aburrido de lo que parece, aunque no recuerdo nada del repertorio. Y esa fue la última vez que estuve.
Es lo más frustrante, no poder hacer nuevos recuerdos con ese cine. ¿Que pasó? Igual que en otras partes. Se convirtió en uno de esos templos que dicen que todo lo que hago está mal. Lo sé porque una vez quisieron entregarme un folleto. Eso hace un par de años.
Esto debería cambiar, debería a volver ser un cine. Incluso pasando esos tanques, las películas de superhéroes, es lo que ahora vende. Y sería mejor que tener que viajar a otra parte.
Podría tener algunas ideas de como hacerlo. Pero ahora me voy, ya veo que esa gente viene para acá. Que molestos que son.
¿Y que te cuento? No recuerdo mucho sobre ese entonces, tal vez lleve mucho sin renovarlos.
Esta plaza tiene mejor aspecto ahora. Las estatuas son las mismas. El paisaje es mejor, por lo que recuerdo. Es un buen lugar para dibujar árboles.
Es un buen lugar para hacer ejercicio, se puede caminar alrededor, haciendo varios recorridos. Pero suele evitar pasar por el otro lado de la plaza. Es que hay algo que no hay ahora, que antes había. Un cine.
Sí, había un cine en esta ciudad, municipio. Un cine enfrentado a uno de los lados de esta misma plaza.
Vagamente recuerdo que daban películas, que luego serían clásicos. Como Pink Floyd The Wall. Alguna películas de terror, como las de Freddy Kruegger, ese tipo que mata en los sueños. Fue toda una novedad la primera película.
Creo recordar que pasaban películas que ahora se llaman bizarras, películas prohibidas para menores. Y esa película sobre un recital de despedida, de no recuerdo que grupo. Adiós algo que no recuerdo.
Lo último que recuerdo no fue una película, sino unos coros municipales. Menos aburrido de lo que parece, aunque no recuerdo nada del repertorio. Y esa fue la última vez que estuve.
Es lo más frustrante, no poder hacer nuevos recuerdos con ese cine. ¿Que pasó? Igual que en otras partes. Se convirtió en uno de esos templos que dicen que todo lo que hago está mal. Lo sé porque una vez quisieron entregarme un folleto. Eso hace un par de años.
Esto debería cambiar, debería a volver ser un cine. Incluso pasando esos tanques, las películas de superhéroes, es lo que ahora vende. Y sería mejor que tener que viajar a otra parte.
Podría tener algunas ideas de como hacerlo. Pero ahora me voy, ya veo que esa gente viene para acá. Que molestos que son.
Más cines en ¿Y que te cuento?
Las últimas películas que vi en aquel cine de barrio fueron, Corazón satánico, con Robert DeNiro y Quisiera ser grande, Tom Hanks, creo que ambas en 1988, después de eso y hasta antes del año 2000 fueron películas para adultos.
ResponderEliminarComo bien mencionas, es frustrante no poder hacer nuevos recuerdos.
Freddy Kruegger la vi pero en televisión, por allá de los noventas.
Puñado de besos, Dem, dulces sueños
Que memoria la tuya, es bueno conservar esos recuerdos. Una gran película y una divertida. Eso lo contaste, con gracia, en tu relato.
EliminarLO es.
Todo un personaje.
Gracias por tus deseos, que se cumplan para vos. Besos especiales.
Hola Demi , por lo que estoy leyendo en todas las ciudades y países ha pasado la misma historia , aquellos cines de barrio han ido desapareciendo poco a poco se los han tragado las multinacionales , es decir los centro comerciales han invadido todo el comercio pequeño de los barrios , ya no solo los cines sino todo lo demás ..en la era de las grandes superficies y por desgracias estás con ellos o el pequeño comercio a cualquier nivel se va al carajo ...Al menos hay una cosa que no , nos pueden quietar ( al menos de momento) que son nuestros recuerdos de bellas tardes viendo la peli el oeste , o de terror agarrados si fuera necesario al de al lado del miedo que teníamos de ver a ese Freddy con esas garras jajaj ..Un besote grande y desearte un buen fin de semana .
ResponderEliminarHola, Campirela. Parece que es algo sin límites.
EliminarEl problema con las cadenas de cines, que están en los centros comerciales, es que se dedican a las películas que más venden. Algunas de las cuáles me gustan, es una ventaja. Pero otras no tienen el mismo tiempo de proyección, tocando horarios menos propicios.
Es lo bueno de conservar los recuerdos. Todo un personaje ese Freddy. Supongo que el temible de ahora ese nuevo It.
Gracias por tus deseos. Un beso para vos.
Nada que ver Netflix. HBO y esta plataformas con la sensación de ir a los cines de barrio. ¡Qué pena que esto se haya perdido!
ResponderEliminarUN abrazo, Demiurgo
No es lo mismo lo que mencionás, aunque tiene su mérito.
EliminarUn abrazo.
En aquella época solo teníamos el cine y un pub de copas... Cuando cerraron ya tenía mi propio coche y me iba al cine del pueblo de al lado... El cine forma parte de mí.
ResponderEliminarMil besitos con cariño, dem.
Que interesante lo que contás. Que bueno que encontraste una alternativa.
EliminarEs cine es algo importante para mí.
Gracias por tu comentario. Besos.
Hola, es la primera vez que te visito, pero siempre leo tus comentarios en el blog de Dana.
ResponderEliminarMis recuerdos están bastante borrados, los cines de mi infancia eran dos: el Progreso y el Gran Lugano. El primero era muy feo y el otro más moderno y amplio. Vivía en Lugano e iba muy seguido porque era una fanática de las películas. Después me mudé más para el centro y ya iba a los cines de la calle Lavalle, también desaparecidos. Ahora me da poca gana ir a esas salitas de los shoppings, aparte de que no hay tantas buenas pelis como antes.
Un tema que me mandó de vuelta al viejo barrio.
Saludos.
Hola, me gusta que te hayas interesado por mi blog, a partir de mis comentarios en el blog de Dana.
EliminarInteresante es lo que contás. Hay algo que se ha perdido.
Aunque no son tan malas esas salas. El tema es que a veces le dan poco tiempo a películas que me interesan.
Creo que de eso se trataba este jueves de relatos.
Saludos.
Me ha gustado tu relato, cuentas esa desaparición de aquellos cines, te sitúas en una plaza como la dela fotografía y das un toque de misterio con la aparición de esas personas.
ResponderEliminarEstupendo.
Que bien. Hay cine situado en una plaza. Me gusta que hayas encontrado un toque de misterio.
EliminarFue un gusto sumarme a tu propuesta juevera.
Saludos.
Jajaja, es verdad. El cine de mi infancia, en el que vi mis películas favoritas de la niñez, ahora es un templo de esas sectas que dan beneficios mágicos según el día en el que uno asista. Y yo me pregunto, ¿cómo hacen esos pastores/magos para controlar tan bien sus poderes, según el día? Luego veo que se desvía todo a cuestiones más esotéricas, bastante alejadas de lo que querrían parecer, una rama de la religión de siempre. Igual, ninguna me convence.
ResponderEliminarLos demás cines en mi ciudad se convirtieron en los dos o tres de siempre. Viva el 2x1.
Un abrazo
Me gusta tu jajaja.
EliminarNo es un cambio para mejor pasar de las películas favoritas a una fábrica de mentiras.
Coincido en que no me convencen.
Viva el 2x1.
Un abrazo.
el avance de la ciencia y de la tecnología hacen que las cosas cotidianas de la vida de la humanidad vayan desapareciendo con el paso del tiempo: las disqueras, los cines de barrio, el afilador de cuchillos y en la actualidad ya se ven menos librerías y hasta el kiosco del vendedor de diarios será pura nostalgia de tiempos idos arrasado por la modernidad.
ResponderEliminarsaludos.
Es cierto que algunas cosas van desapareciendo, cuando aún son útiles. Un ejemplo son las casas de música, incluso de cadenas que se han convertido en ventas de electrodomésticos. Siguen vendiendo algo de música, pero es difícil o imposible conseguir material de músicos independientes. Los kioscos siguen estando, eso parece no haber cambiado.
EliminarSaludos.
Un relato cargado de melancolía y por ello duro...seco, que golpea...me ha gustado
ResponderEliminarUn abrazo
Intenté poner melancolía y parece que lo logré.
EliminarGracias.
Hola, Demiurgo:
ResponderEliminarMe ha resultado muy agradable leer tus recuerdos. ¿Puede que la película que mencionas sobre un recital de despedida sea “The Last Waltz” (Martin Scorsese)?
Un abrazo cinéfilo, Demiurgo.
Hola, Nino.
EliminarNo lo completé, para hacer algo abarcativo. Pero fue Adiós, Sui Generis.
Un abrazo cinefilo.
Si. He visto los cines convertidos en templos de lo que decis! da mucha pena, pero es inexorable el cambio que viene con los tiempos, en el interior es mas dificil la reposición y revalorizacion de los espacios como esta ocurriendo en las grandes ciudades donde el cine está vigente. Es divertido tu aporte con un toque defectible de mirada nostalgiosa....
ResponderEliminarBeso y buen finde demi
Lo inexorable puede ar pena.
EliminarMe gusta que te haya parecido divertido con un toque nostálgico.
Un buen fin de semana para vos. Besos.
Que tal Demiurgo!
ResponderEliminarMe ha gustado el texto, curiosamente mencionas una pelicula que la tengo muy marcada por lo que significo en su momento. Fuimos en pandilla a ver "The Wall" y desde luego resulto toda una experiencia.
No hay nada comparable a la magia que se produce cuando la oscuridad se adueña de una sala de cine. No importa lo que sucede fuera, se rompe el hielo, se avivan los sentidos...
Supongo que hoy las cosas han cambiado bastante y como han mencionado las plataformas invitan a agarrar el mando a distancia cual pipa de opio.
Un abrazo!
hola, Fran.
EliminarQue bien. Es una película memorable.
Es algo especial, en esos momentos se olvida de que hay personajes, se conecta con sus historias.
Podría ser.
Gracias por el comentario.
Interesante tu postura, la mayoría de los relatos acerca del cine del barrio tomaron el camino de la nostalgia , vos en cambio agarrarse por la senda de la protesta social.
ResponderEliminarLamentablemente hemos perdido la batalla del arte del cine por las religiones. Un claro ejemplo de que es lo que le sucede a nuestra sociedad, que busca en la desesperaciom espiritual lo que ya ha perdido en el goce artístico.
Eso sumado a Netflix e Internet, generan la muerte de las salas pequeñas de cine
Abrazo
Sos un buen lector, para captar esa diferencia.
EliminarEs que me disgusta esa idea de que los que no creen en los que cierta gente cree, están condenados. Es cierto y es grave.
Puede ser, pero preferiría que continuaran.
Saludos.
Que bonito, un lugar que transmite tranquilidad.
ResponderEliminarLa ciudad debería renovarlos, pero manteniendo su estructura original, ya que muchos son considerados patrimonios de la ciudad.
Abrazo!
<Me gusta como lo definiste.
EliminarGracias por tu comentario.
Un abrazo.
Mi mamá iba muchísimo al cine cuando era pequeña y siempre me ah contado que pasaban dos pelis seguidas. A veces eran cines de las iglesias o de los colegios. Lamentablemente ahora esos cines fueron reemplazados por iglesias de los brasileros :/ ( en Mar del Plata ). Ojala algún día vuelva esos cines que ella me cuenta.
ResponderEliminarUn beso amigo desde Plegarias en la Noche.
Interesante lo que mencionás.
EliminarEs lamentable.
Ojalá volvieran.
Un beso hacia tu espacio.
Esos que ahora dicen que todo lo que haces está mal, son parte del capitalismo que acabó con aquella sala de cine. Me quedo con los árboles dibujados en la pared.
ResponderEliminarUn abrazo Demiurgo
Que notable observación, es muy cierto.
EliminarSaludos.
Es una pena!!! pero la vida es así, las modas y el consumismo van robando protagonismo a esas reliquias que nos hicieron tan felices a quienes disfrutamos de ellas.
ResponderEliminarLO es. Gracias por tu comentario.
EliminarUn abrazo.
Es que con el avance de la tecnología lo de salir, vestirse, hacer cola, entrar a ver el cine y tal se nos hace más caro y pesado que ponernos con la tele y nestflix o lo que tengamos. Sin embargo, la magia del cine no es la película, sino el ambiente.
ResponderEliminarPor los recuerdos de esas sesiones de la infancia. Un abrazo
Sin embargo, se hace para ir a los cines de las cadenas, que tienen sus méritos como sus defectos.
EliminarEl ambiente es gran parte de esa magia.
Si no hay presente, están los recuerdos. Un abrazo.
Me encanta este tema. Me acuerdo perfectamente del cine de mi barrio, el Gran Rivadavia. Íbamos siempre, todas las películas de mi infancia las vimos ahí. Según mi mamá ahora es un teatro.
ResponderEliminarAunque también íbamos mucho al cine de la Plaza Flores, el Rivera Indarte. Aunque a lo mejor no es el cine de barrio, ya que Flores en esa época era muy céntrica. Por el paseo comercial.
Me encantó esta propuesta.
Saludos 🎬
Que bien.
EliminarQue interesante lo que contás, esos recuerdos. Algunas películas se vuelven especiales.
Un abrazo.
¡Hola! Curioso, aquí también hubo un cine que pasó a ser sede de una de esas sectas, no recuerdo cuál era, por suerte, hubo un lapsus de lógica en el ente cultural y no volvió a ser un cine, pero pasó a ser un teatro. Creo que es su mejor destino que el de la sede xD
ResponderEliminarUn gusto leerte.
¡Besos!
Hola. Que interesante lo que contás. Por lo menos se recuperó como teatro. Son mejores esas ficciones que las mentiras de las sectas.
EliminarUn gusto que me leas.
Besos.