Neogéminis
nos presenta el siguiente reto:
“Esta vez la consigna es
simple. Se trata de incluir en una historia breve, tratando de no superar las
350 palabras, los siguientes Cinco Elementos que explicito en la imagen de
cabecera.
Estoy segura que, pese a la
uniformidad de elementos con la que partiremos, cada quien, con su estilo y
creatividad, dirigirá su historia hacia argumentos bien distintos y tendremos
una nutrida lista de entretenidas historias para disfrutar.
Espero les entusiasme la propuesta.
Tengan una muy buena semana”.
La inspiración maldita
En su oficina, Walter
Craven hablaba con Lara Fiorentino, sobre una autopsia.
-Los resultados
indicarían causas naturales. Pero hay algo que se me escapa, jefe.
-La solución es trabajo de campo, Doctora–contestó Craven- Romero nos acompañará. Está experimentando con una caja espectral.
En una noche oscura,
los investigadores entraron a la habitación de una casa, en que había una silla
antigua
-Romero, es el lugar
para probar tu caja mágica –dijo Craven.
Romero sacó lo que
parecía una radio conectada a un grabador, que comenzó a mover en todas
direcciones.
En los parlantes
sonó una voz gutural. Y entonces el artilugio hizo un chispazo.
-Necesita algunos
ajustes –dijo Romero.
Romero compartió un
café con Fiorentino, en su oficina.
- Necesito saber si
hubo casos similares, con casas malditas y sus ocupantes, Doctora. Es vital
para el caso –dijo Craven.
-Hubo también hubo muertes
atribuidas a causas naturales pero difíciles de explicar –dijo Fiorentino- Lo
tengo en los informes que pedí.
-Necesito que vuelva
los relea. Necesito si los muertos
tenían algo más en común –indicó Craven.
- Será un largo
trabajo –dijo Lara Fiorentino.
Al día siguiente…
-¿Es todo lo que
averiguó? –preguntó Craven, viendo unos apuntes desordenados.
-No, eso es un
cuento policial, que empecé - contestó la forense y mostró unas carpetas.
-Releí todo esto y
noté se trataba de arquitectos, pintores, novelistas, que se convirtieron en
exitosos.
En eso, apareció
Romero.
-Reconstruí la
grabación –dijo el experto en tecnología- La voz decía “Liberen a la musa o
habrá consecuencias”.
-Murieron por no
liberar a la musa. Y ahora la musa está conmigo, que no sé cómo liberarla–dijo Fiorentino.
Romero hojeó las
carpetas de los informes, encontró algo en común. La foto de una silla antigua.
-Esta silla es la
conexión con la musa –dijo Romero-
-Le traeré esa
silla, Doctora –dijo Craven- Quiero leer ese cuento.
Lara Fiorentino se
sentó en la silla antigua. Y comenzó a teclear en una máquina de escribir.
-Ya terminé –le dijo
al resto de la Brigada, unas horas después.
Entonces, vieron la
sombra de una mujer, esbelta, con ropa antigua.
-Yo te libero, musa.
–dijo Lara Fiorentino. Y suspiró, aliviada, cuando la sombra se esfumó.
Investigando en
bibliotecas, leyeron sobre el lado vengativo de las musas, en ciertos mitos.
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