Iniciativa: Léeme un cuento/ El último acto de Regina Clámor

 

Buenas y escalofriantes noches del mes de octubre 🎃 mes que festejamos Halloween y como muchos sabrán Plegarias en la Noche siempre espera este festejo con mucha ilusión, por eso se me ocurrió que este año salga sus típicos cuentos de terror de los viernes por la noche a otros espacio, así que les cuento un poco de que va esta iniciativa de “Léeme un Cuento.

Es muy simple todos los viernes de octubre a las 22 hs de su país publicar un cuento de terror, pueden publicarlo escrito o con un vídeo leyéndolo,  puede ser de su autoría o de algún autor que les guste (no se olviden de mencionar de quien pertenece), llevando por supuesto el Banner de la iniciativa y nombrando a Plegarias en la Noche, para que más bloggers quieran participar y llenemos este hermoso espacio en un lugar terrorífico”. 

 

   Veamos cómo se lleva el Mara Verso con el terror, en una historia fuera de la continuidad oficial. 

     O en otra continuidad, en que la suerte se termina para uno de los personajes. Habrá alguna villana invitada, tal vez no muy conocida.

El último acto de Regina Clámor

Una adolescente pálida y sombría adolescente, lavaba ropa manchada de sangre, que tenía de rojo un río.

-Hola, seres invisibles que gustan de historias de terror. Mi nombre es Letanía. Soy una Banshee, una anunciadora de muerte. Hoy será una de esas noches en que ser mortal y humano es altamente peligroso. Y les contaré como empezó, hace un par de años…

 

Regina Clámor estaba en una etapa de relativa tranquilidad, hacía tiempo que no era acechada, no tenía que escapar de peligros mortales. Y eso la inquietaba. Conocía la historia de sus antecesoras, habían pasado por una prolongada agonía, muriendo entre gritos. Y algún día la suerte se le terminaría.

Pero se relajó al recibir una invitación, para presentarse en la inauguración de Me perdí en la noche, el nuevo lugar de moda. Debía desfilar como modelo y hacer su acto de Reina del Grito, en una actuada escena de terror.

 

En una noche de luna llena, se produjo la reunión, en una casa antigua, en la sala de reuniones.

Había un par de mujeres

La reunión fue convocada por Marco Casio Murano. Guardián Interior de una Sociedad Secreta, a la que estaba traicionando.

-Tal vez sea un traidor –contestó a los murmullos- Pero por un bien mayor. Y algunos de ustedes no pueden decir lo mismo.

Y también los digo por ustedes, agregó Murano, mirando hacia Octavia y Francesca., dos mujeres sugestivamente bellas, con un aire de maldad.

Octavia bajó la mirada. Pero Francesca contestó:

-Lo hago por Cronos. Soy leal al culto.

-Y supongo que otros tendrán sus excusas. Así que pasemos a lo importante.

 

“Por sus respectivas Sociedades Secretas o por su cuenta, sabrán que es la fecha para el Ritual que Abre Puertas. Es el tiempo para invitar a pasar a los Seres de los Espejos. Será el fin del mundo. Pero a cambio de ser invitados, nos darán poder. Y también respetaran a gran parte de la humanidad. No matarán a todos, muchos se salvarán, aunque desearán haber muerto. Y ese es el bien mayor”.

Intervino una pareja que recordaba Hansel y Gretel, pero pálidos y sinietros. Y no eran hermanos sino primos.

-Sé lo que van a decir. ¿Cómo evitar a la intervención de la Sociedad de los Espejos? Me he ocupado de eso. No lo sabrán hasta que sea tarde.

-Necesitamos una ofrenda –dijo alguien.

Las miradas fueron hacia Octavia y Francesca.

-No soy una ofrenda, soy una Sacerdotisa de Cronos. Me necesitan. Y también a Octavia.

-Y tampoco son apropiadas –dijo Murano- Necesitaremos a la Reina del Grito.

 

Regina Clámor nunca llegó al lugar. Estaba nuevamente entre la espada, tratando de huir, con la ropa desgarrado, cayendo y levantándose para volver a caer. Y como era usual, fue inútil. Regina gritó, como en las películas. Y fue derribada. Sus captores fueron rudos con ella.

-¡No sean brutos! –protestó Octavia, vestida para el ritual, con una capucha tapando parcialmente su rostro- La necesitamos presentable para el Ritual.

-Me encargo de ella –acotó Francesca- Tengo un vestido para la ocasión, linda,

Regina Clámor notó algo distinto. Como si el tiempo hubiera cambiado. Nada la salvaría. Y gritó como nunca.

Impaciente, Octavia ordenó a unos esbirros. No fueron amables. Un golpe aturdió a Regina. Octavia y Francesca se encargaron de quitarle la ropa desgarrada. Y poner un vestido elegante, que le daba un aspecto seductor, de damisela en peligro, bella y sugestiva.

Las marcas en la cara fueron desapareciendo. Producto de la Regeneración Cosmética, una cualidad de las Reinas del Grito.

Y llegó la hora. Octavia entonó los cánticos. Una bruma se acercó al altar, donde Regina Clámor estaba tendida, prisionera. Recuperó la conciencia con la bruma sobre ella.

Y ella gimió desesperada, con la bruma invadiéndola. Y nuevamente gritó.

Los observadores sintieron un placer morboso. Y la bruma levitó, llevándose a Regina.

-El Ritual se ha completado –dijo una eufórica Octavia- ¡Reclamo el poder!

-Lo sintió, amiga –intervino Francesca- Cronos reclama su parte.

De la tierra surgieron siniestras raíces que envolvieron a Octavia. Y la arrastraron hacia abajo.

-Una ofrenda para los Especulares. Y otra para Cronos.

 

-Y esa es la historia –continuó diciendo Letanía- Con ese Ritual se abrió un portal al mundo de los Seres de los Espejos. Desde entonces, el terror se apoderó del mundo. Estoy lavando las ropas de quienes morirán. Y tengo que dejarlo, me queda mucho trabajo.

Y la Banshee siguió con su oscura tarea.

 

Aclaro que un relato fuera de la continuidad habitual. Seguirá habiendo historias con Regina Clámor.