Este es el tema que nos propone
Dorotea:
“Todos -y todas- hemos estado alguna
vez en un hotel... de viaje por motivos laborales, de vacaciones, como
anfitriones o invitados a una fiesta, acudiendo a una cita amorosa, disfrutando
de un ambiente elegante o criticando la gruesa capa de polvo encima del piano
del bar...
Y no hemos estado en silencio. Desde
el conserje o el recepcionista pasando por las camareras de piso hasta los
camareros del bar y del comedor hemos mantenido conversaciones más o menos
largas, a veces tranquilas, y en otras ocasiones alteradas, aburridas y
apasionadas.
Y ¿qué me decís de las charlas con
otros clientes?¡Cuántas confidencias se depositan en los oídos de extraños! Si
presentimos que no volveremos a ver a una persona, se relajan las reglas y la
etiqueta e intercambiamos intimidades con una facilidad asombrosa.
Mantened el límite de 350 palabras más
o menos, enviad vuestra aportación entre miércoles y sábado y permitid que
todos disfrutemos de vuestra fantasía e ingenio.
Vuestro espacio en mi blog ya está
reservado...
Un abrazo
Dorotea”
La
Amante Siniestra
Brianna
se presentó ante mí, anunciando que me traería a una inquietante y misteriosa
visitante.
-Necesita algo de oscuridad.
Apagué las luces, lo que acentuó la silueta blanca de Brianna. Y sobre una parede se proyectó la sugestiva silueta de una mujer, con una voz sensual,
-La historia comienza en una fiesta lujosa,
con glamour, en un hotel–dijo en un extraño idioma, traducida por Brianna- Uno
de los asistentes es un productor de cine…
“Hay un incidente, con una bella mujer
que llega hasta el productor y lo cachetea Y ella se va, furiosa.
-Una chiquita desagradecida –comentó una
voz femenina-
El productor se dio vuelta y vio a una
mujer, que lo deslumbró.
-Ya volverá. También puedo apagar
estrellas.
-¿Vas a apagarme a mí?
-Nunca podría apagar a Jeanette Norman,
-¿Me veo como ella?
La situación llevó a una habitación del
hotel, en que se celebraba la fiesta.
Hubo seducción, un baile al ritmo de
música sugestiva, hubo tragos y brindis. Siguió el desprender del vestido
lujoso de una mujer, manos explorando una espalda perfecta, besos
desenfrenados, y una noche de lujuria.
Y el despertar abrupto, en medio de la
noche, con la respiración agitada. El productor giró su cuerpo, buscando a Jeanette
Norman. Y vio el terror, personificado como una momia reseca, cubierta de
vendas.
-Quiero tu fuerza vital
-¡Por favor!–suplicó el el productor- Si
me dejas vivir, Jeanette es tuya.
Y entonces, las vendas se apartaron de
la cara de la momia, mostrando, el rostro bello y terrible de la diva.
A la mañana siguiente, fue encontrado
el cuerpo reseco y envejecido de un exitoso productor de cine".
-…Y conozco la historia, porque estuve
ahí.
La silueta fue iluminándose, tomando
color. Ante mí, había una mujer bellísima, con ropa del antiguo Egipto.
-Y ahora te necesito, Narrador.
-¡Nunca! –exclamó Brianna.
Hubo una lucha de sombras y luces. Y
hubo un grito desgarrador, de dolor, unas palabras furiosas en un ancestral
idioma. Un momento, después la visitante se había ido.
-Lamento haberte puesto en peligro.
-No importa, Brianna. Tengo una
historia.
Más sobre hoteles en Lazos y raíces
La inspiración es mérito de Morella, del blog La mano que mece la cuna, que recomiendo visitar. La idea central de este relato viene de una respuesta a un comentario, que transcribo:
“Podría ser. Una
Marilyn conocida en una noche de fiesta, los dos a un hotel y al despertarse en
medio de la noche con ella al lado, ver que es una momia que te está quitando
tu juventud...
He mezclado leyendas
y un poco historias de la cripta, je je”.
El nombre elegido no es casual, como habrán notado. Viene de Norma Jean, más conocida como Marilyn Monroe. Aunque he elegido una imagen de Lana Turner.
Brianna y el narrador, por ahora sin nombre, son personajes que han aparecido en otros relatos, como testigos de personajes que cuentan historias. Aún no he determinado a que mundo del Mara Verso pertenecen.