Desde su
blog, Tracy nos propone el tema de Nuestras elecciones, desde el punto de vista
que elijamos: político, social, familiar, vivencial...
La luz silenciosa
Nahama le
dedica una improvisación con su theremin, a Lilith Blue, su musa, nocturna, incorrecta.
El principal
músico de su banda, de espaldas a ella, la elogia por la improvisación. Nahama
se sobresalta, sin poder evitarlo.
El músico se
disculpa.
-Está bien. Ya
pasó –es la respuesta de Nahama- ¿Tenías algo que decirme?
-Necesitamos
algunas cosas. Té, café, tu agua saborizada preferida y demás. ¿Me acompañás al
supermercado?
Nahama hace
una cara de sorpresa.
-Eso es peor
que afrontar al público. Y ya sabés que
sigo sin poder hacerlo.
-Pero ya
pensé en eso.
La cantante
y compositora se enfrentó a su primera gran elección de día. Quedarse o ir con
quien su virtual acompañante terapéutico.
Una media
hora más, Nahama era guiada hacia un cartel del supermercado de una cadena. Un
cartel que decía La hora silenciosa. Ella leyó que se trataba de una
hora amistosa para las personas con TEA, Trastorno del Espectro Autista. Una
hora sin luces intermitentes, con bajo volumen en la música y anuncios
comerciales.
-Gracias –le
dijo Nahama a la cajera.
Un día
después, Nahama y su músico se encontraron con Gabrielle Ganimard, heredera de
la Fundación Ganimard, y Héctor Lestrade, su intérprete del Lenguaje de Señas
Argentino.
-Estoy lista
para dar un recital –dice Nahama Pero con algunas condiciones
-Tiene que
ser en un teatro, con condiciones amigables para personas con Espectro Autista.
-No quiero
luces destellantes. Ni sobre mí ni sobre el público –acota Nahama- Y el volumen
tiene que ser razonable. No como en otros recitales.
-¿No es lo
que pasa en los recitales que dan ustedes? –Pregunta Gabrielle a través de
Héctor.
-Exacto. Y
queremos extender eso a quienes son como yo –contesta Nahama, argumentando como
lo ha ensayado.
Gabrielle
escribe algo en un papel.
-Es una
buena idea.
Un par de
meses después, comienza el recital, en las condiciones pactadas.
Nahama duda
un momento. Pero mira a sus músicos y su público. Y da un paso adelante.
Héctor y
Gabrielle la miran, a un costado del escenario.
-Ya te dije –comenta
Héctor- Esa chica es valiente.
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