Lo peor del cine argentino (Entrada recuperada)

Esta entrada estuvo en algún blog anterior. No tuvo comentarios.

Quedó en algún archivo de Word, siendo recuperada.

Siendo una lista de hace años, puede haber quedado desactualizada. O ser considerada como lo peor de hasta el 2000.

Tengan que cuenta que se trata de opiniones subjetivas, al estilo de como escribía entonces. Y los participantes de estas películas pudieron hacer cosas mejores.

15) Buenos Aires viceversa (1996), de Alejandro Agresti. Sonido incompresible, imágenes mal enfocadas y un exceso de personajes y de historias laterales.

14) El verso (1995). Una película bastante mediocre.

13) 12)  La venganza (1999) de Juan Calos Desanzo La furia (1997) de Juan Bautista Stagnaro. En ambas actúa Diego Torres. En la primera, además hay una canción de Diego Torres. La actuación y la canción están al mismo nivel.

  En una Karina Mazzocco es la primera víctima.   En la otra película Diego Torres grita guardias, Tendría que ser al revés. Sería más comercial.

11) El viaje (1992), de Pino Solanas. Una road movie en bicicleta, con un argumento eclipsado por el planteo político y un final inconsistente. Lo rescatable: la música de Fito Páez y las historietas de Alberto Brecia. 

Y ya estamos en las primeras 10.

10) La nube (1998), de Pino Solanas. Una película plagada de simbolismos absurdos.

9) El faro (1998), de Eduardo Minogna. Sensiblería barata y dramatismo patético llevados a un nivel exacerbado.

8) Cipayos la tercera invasión (1998), Jorge Coscua. Para este absurdo, la música de la resistencia a una invasión es el tango, para bailar,  interrumpiendo una obra de Oscar Wilde. Para este absurdo,  el rock es complaciente. Pero el único tipo de rock que aparece es de los 50. O sea que no oyeron hablar del punk rock, ni de tantos estilos rebeldes y contestatarios.

7) El desvío, (1998), de Horacio Maldonado. Una historia de dinero encontrado y secuestro es pretexto para una lección de cómo no hacer cine de suspenso, de cómo no actuar, de cómo no escribir guiones, etc.

6) Cien veces no debo, de Alejandro Doria. ¿En que estaban pensando cuando hicieron esta película?

5) La edad del sol (1999), de Ariel Piluso Un viaje de egresados, un campamento sin asesinos seriales, sin muertos vivos, sin mutantes, sin extraterrestres.

Nadie para enfrentar a Soledad.

Años después, ha tenido un crecimiento como cantante. Pero en ese momento era cuestionable su forma de cantar.

4) Historias mínimas, (2003) de Carlos Sorín. Las historias son mínimas y desprovistas de interés. Todos son “no actores,” excepto el protagonista.  

Pastoruti, que actúa tan mal como canta. Si no saben quien es, sigan así.

Y ahora el podio del abismo cinematográfico.

3) Silvia Prieto (1998), de Martín Rejtman. Se reúne un grupo de mujeres, llamadas Silvia Pietro. Fin del argumento. 
Hay que sobrellevar la actuación de Vicentico, además de su música.  Y la actuación de Valeria Bertuccelli.

2) Mundo grúa (1999), de Pablo Trapero. Un “no actor” protagoniza esta película en blanco y negro, con un argumento inconsistente.

1) El asadito (2000), de Gustavo Postiglione. Una película en blanco y negro, sobre un asado con conversaciones insustanciales.