Este jueves, un relato: SUPERSTICIONES

 

Desde su blog, Campirela nos propone el siguiente tema: Recurro a repetir una historia ya contada, desde otro punto de vista.

“Las primeras supersticiones nacieron por lo menos hace más de cincuenta mil años, en momentos en que el hombre vivía rodeado de peligros y no sabía explicar su entorno. Por eso nacieron varias supersticiones extrañas que le ayudaron a explicar su mundo y de paso tranquilizar su mente. Abrir un paraguas a cubierto, tirar la sal o el vino en la mesa, que se te rompa un espejo, que te mire un tuerto o cruzarse con un gato negro han supuesto para algunas personas un signo de mal augurio. Otras personas tienen pequeños rituales o incluso talismanes que se presupone, dan buena suerte. ¿Tienen algún sentido estas supersticiones? ¿De dónde vienen? ¿Tenemos alguna? Se trata de preguntas que podemos hacernos y que supone un tema interesante de tertulia y debate. Así, pues, que os parece si este jueves sacamos todo nuestro arsenal —si lo tuviéramos— de supersticiones, ya sean reales o inventadas, ese es el tema a tratar para este último jueves de mes. Ya sabéis, en cualquier forma literaria que os apetezca, las reglas son las de siempre, 350 palabras a ser posibles y ser recíprocos con los comentarios. Los enlaces los dejáis aquí que ya los subo el jueves para que todos estén expuestos. Muchas, muchas gracias de anticipado por vuestros textos. Campirela_”

Recurro a repetir una historia ya contada, desde otro punto de vista.

 

 

Testigo de venganza

Soy como esos personajes de ficción que no tiene importancia por si mismos, sino por ser testigos.

Con una serie de influencias, de conexiones, logré ser aceptado en barrio cerrado exclusivo. Esperaba que fuera un lugar aburridamente tranquilo. Por eso toleré mi posición de excluido, fríamente recibido por lo que alguien llamó el Círculo Interno.

Llegó un poco después que yo, se llamaba Anita Zinc. Una científica con afición por la mitología. Atractiva pero con un aura de tristeza, como alguien con una pérdida irreparable.

Alguien que me gustó desde el primer momento. Germana Bosco, una integrante clave del Círculo Interno, promovió hostilidad hacia esa chica, alguien destrozó una estatua de yeso de una ninfa, que Anita tenía en su jardínY un día, Bosco logró que la expulsaran. Anita no se fue por el portón de entrada, sino por el río, esperando que un bote la fuera a buscar.

 

Tiempo después, llegó un indeseable, quien me contó que él y otros palurdos habían acechado a una adolescente, con una perversa atención. Luana Powell, una llamativa pelirroja que deslumbró, con su danza exótica.

Cuando ella lo invitó a un picnic  al borde del río, decidí mantenerme cerca de Luana

La seguí. Y entonces lo vi todo. Del río, surgió una forma del río, que lo arrastró hacia el agua, para ahogarla. Luana brindó por eso.

 

Yo promoví una campaña por la limpieza, del río, que ahora se ve como un espejo.

 

No se le dio demasiada importancia, un borracho que se cayó al río. Pero luego denunciaron a la marca de ropa, que era propiedad de Germana Bosco, por las condiciones de un taller de costura. Y tiempo después, alguien asesinó a esa desagradable mujer.

 

Desde entonces, hay un temor supersticioso. Dicen que es por esa estatua de la ninfa, que fue rota. Por alguna maldición de Anita Zinc, su nombre es pronunciado con respeto y con cierto temor. Otros lo atribuyen a que alguien rompió un espejo, lo que es absurdo. Simplemente, las maldades son castigadas, algunas veces.

Es absurdo pensar que un espejo roto trae mala suerte. Aunque…ahora el río se ve como un espejo.  ¿Pueden romperse esa clase de espejos?

 

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