Este jueves, un relato: ¿A qué te dedicas?

 

Magade nos propone escribir sobre alguna profesión atípica.

Hay personajes secundarios del Mara Verso, que están adquiriendo algo de importancia.

(Imagen de Internet)

La mujer trampa

(Informe de Walter Craven)

Un par de detalles, como señalar a la sospechosa equivocada hizo que la Brigada que dirijo, tenga la función de respaldo, en lugar principal. Y así tenemos estos casos, que no toman los detectives infalibles.

La historia podría comenzar como  en una película de Regina Clámor. Una mujer que toma por calle equivocada, en la noche más oscura. Y se encuentra luchando por su vida. Forcejea, grita, Hasta que alguien aparece para ayudarla. Y el atacante huye.

Por lo menos es la historia que Gisella, nombre inventado, nos contó a mí. Y a Lara Fiorentino, la médica forense de la Brigada. Muy profesional, disimulando que la devoraba con la mirada.

Mientras Ares Argento, nuestro artista forense, hizo el retrato del sospechoso. Y de la presunta víctima. 

-No me creo su actuación –me dijo Lara- Y no noto marcas de lucha.

-Aunque ella tiene un cierto parecido con las chicas muertas-acotó el dibujante-

-Hay un cierto patrón. Es un trabajo para nuestra actriz.

 

Fue en el caso de chantaje contra una conductora de noticiero. Para no difundir cierto video muy intenso. Al ver el video, la Brigada notó que las escenas sexuales eran hechas por una doble. Y así como llegamos a Lydia Corman, la cambia forma.

-Podrías ser un señuelo humano. Tiene cierto riesgo, pero prometemos protegerte.

 

-¿Qué tengo que ser?

-Una estudiante universitaria, que trabaja como modelo de dibujo, para pagar sus estudios.

La doctora le entregó una muestra con ADN, de una víctima.

Y así, Lydia cambió de su extraña apariencia al de una mujer parecida a la presunta sobreviviente y las víctimas asesinadas.

-No está mal. Ahora caminá como si estuvieras perdida. No, no estás seduciendo al asesino. Y dejá de mirar a Lara.

-Deje que lo haga, jefe –contestó la forense-

-Trabajen. Si sale bien, les pago una salida.

 

Lo que sigue fue rutina.

Lydia Corman hizo su papel de damisela en peligro. Y fue arrinconada contra una pared. Pero no gritó. Hizo una toma de Judo, que derribó a su atacante.

 

Y así fue como atrapamos a un asesino serial. Que no se parecía al sospechoso identificado por Gisella. Como sospechamos, con un cómplice había armado una escena, para una falsa acusación. Pero esa es otra historia.

 Más profesiones en La Trastienda del Pecado

Profesiones incluidas: Médica forense, artista forense (el de retrato). Y el papel de señuelo, que suele ser hecho por mujeres policías, que tiene serios riesgos.