Este jueves, un relato: Títulos para relatos

Dorotea nos propone el siguiente tema: 

“Amigos y amigas:

 

Os propongo unos títulos para relato... Quien no encuentre ninguno que le guste,  puede inventárselo siempre y cuando sea la combinación de un objeto cotidiano o un personaje y un entorno poco habitual.

Estas son mis sugerencias:

EL HOMBRE DETRÁS DEL SILLÓN

UN ELEFANTE EN MI MESA

LA BALDOSA EN EL CANDELABRO

LAS PÍLDORAS DEL GALLINERO

LA CABRA EN LA CALLE

 

 

Espero que entréis al juego con las consabidas 350 palabras (más o menos), la publicación entre jueves y sábado y muchas ganas de participar.

Os espero, ¡manos al teclado!

Un abrazo

Dorotea”

Será un relato  de Regina Clamor, la reina del grito, con algún personaje invitado.

 

Sombras en el Museo de Cine

Neve Colombini usaba los recursos habituales en una Reina del Grito, como tropezar al intentar huir, perdiendo ropa. Pero también entrenaba para caer, en una forma calculada.

Incluso se había escrito un guion, que recibió un premio, que fue póstumo. Ya que ella no pudo eludir el destino que acecha a las Reinas del Grito. Tales méritos inspiraron una muestra sobre ella,  hen un Museo del Cine.

Regina Clamor, su sucesora,  se sentía halagada por ser invitada. Pero deseaba una excusa para no ir.

-No hay excusas, Regina. Sos la protagonista de Eskalofrío.

-¿Les tengo que recordar lo que pasó?

Hubo silencio. Todos recordaban lo que había pasado. Regina Clamor había sido contratada para reemplazar a Neve Colombini. Para lo cual, tuvo que actuar de una forma distinta a lo habitual. Lo que no fue facilitado por el director, cuyo nombre ella prefería no mencionar. Porque el director la acechó,  para intentar asesinarla. Inesperadamente, ella logró tomar un cuchillo y herirlo de muerte. 

Se probó fácilmente que Regina se había defendido, pero algo que ella deseaba olvidar. Por otro lado, ella deseaba homenajear a su antecesora.

Todo parecía tranquilo, en la inauguración, cuando Regina gritó, como en una de sus películas. Siendo aplaudida.

-Buena idea, como en tus películas.

-¡No estoy actuando!-dijo señalando hacia un sillón, parte de la escenografía.

 No le dieron importancia, pero hubo varios incidentes extraños, ruidos inquietantes. Y una imagen captada por una cámara de vigilancia, mostraba la figura de un hombre detrás del sillón. Un acercamiento mostró un rostro, difuso pero identificable. Era el director asesino. Regina se inquietó y no fue la única.

 

Y entonces la luz se cortó. Y la sombra del director se materializó.

-Denme a mi actriz. Y nadie más sufrirá.

También apareció la silueta de una mujer. Que algunos identificaron como Neve Colombini, de quien se rumoreaba que tenía apariciones fantasmales. Se dijo que ella volvió para defender a su sucesora.

Ulises Lestrade y Sofía Electra Valentino, detectives de lo oculto, intervinieron, para sucediera otro suceso. Y recomendaron discreción a los testigos. 

 Imagen por Dario Brabo, del blog Kebondi

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Este relato esta inspirado en Eskalofrio, escrito por Yessy Kan