María José Moreno nos propone este tema:
“Con un
poco de retraso os traigo el tema de este jueves. No he tenido que pensarlo
mucho porque esta semana
de una u otra manera estaremos cerca de nuestros difuntos.
Podéis
escoger para vuestro relato cualquier aspecto ligado a la muerte, cualquier
espacio, celebración, en poesía o en prosa, dramático, de terror o de humor. En
definitiva, que de algún modo nos sintamos ligados a los que hemos
perdido.
Ya sabéis,
a ser posible no más de 350 palabras y dejarme el enlace en esta entrada entre
el miércoles noche y el sábado mañana.
Os espero ansiosa por saber cómo os manejáis con este trascendente tema”.
La última escena de la mujer fatal
Con recurso de mujer fatal, Lilith Blue había sobrevivido a las
intrigas de una sociedad secreta. Durante años, engañó manipuló y asesinó con
la misma intensidad con la que amó, con la misma pasión que dedicó a su arte.
Pero había llegado su última escena, en esa noche lóbrega, en esa
calle solitaria. Con sus últimas fuerzas, estaba huyendo de ese perseguidor,
que se acercaba inexorablemente. Y la
alcanzó.
-Terminaron tus trucos de sirena-dijo empujándola contra la
pared, con una mano en el cuello de Lilith. Hubo un cuchillo, un vestido rojo
manchado de sangre. Y una mano de mujer apretando un talismán.
El atacante sucumbió a a tentación. Y en ese momento, Lilith sacó
algo filoso escondido en su pelo. Y su vestido rojo se manchó de sangre ajena.
-Me quedan algunos trucos.
Lilith sujetó con fuerza el talismán y pronunció antiguos
conjuros. Vio a una sombra de mujer, acercarse su atacante.
-Así que es real-murmuró.
Ella creyó ver la sombra de una hoz girar sobre el asesino
ultimado. Alucinación de agonía o realidad, debía escapar de esa sombra. Aunque
era inevitable su final. Fue resbalando por la pared, cayendo recostada en la
vereda.
Había sido arrinconada la sombra, corporizada de una mujer
similar, a ella.
-¡Atal Ulthar! Te necesito-
Y entonces fue abrazada por algo, que fue tomando forma.
-No la tendrás-dijo la voz de un hombre, con tono
sobrenatural-Ella es mía.
Un ser onírico abrazó a una mujer fatal, cubriendo su cuerpo, que
brilló con una luz azul. Y ambos se fueron esfumando.
En otro lugar de la ciudad, en una casa antigua, Gabriel
Ganimard, cinéfilo y heredero de ancestrales secretos, vio aparecer a Lilith
Blue, acompañada por un ser onírico.
Ganimard miró con cierto odio al acompañante de su amada.
-He venido a despedido. No nos veremos en mucho tiempo.
-¿Por cuánto tiempo?
-Hasta que vuelva para buscarte.
Hubo un apasionado entre el cinéfilo y la sombra de la cantante,
actriz. Y un beso como de cine.
Un momento después, Ganimard se sintió solo, como nunca se había sentido. La espera sería tan larga.