Este jueves, un relato: Amor por una palabra

Esta semana Cass nos propone enamorarnos de una palabra y escribir sobre ella.

Una palabra elemental

Hay palabras que me fascinan, por su sonido, por su significado, su conexión con lo femenino.

Podría  mencionar a las musas, a las ninfas del agua. Pero mencionaré otra palabra relacionada con los cuatro elementos,  la tierra, representada por gnomos, el fuego representado por salamandras, el agua representada por las mencionadas ninfas. Y el aire, representado por silfos y lo que me fascina, por sílfides. Incluso esa palabra, me recuerda a voces susurrantes, a brisas de aire.

No hay mucho que se haya contado sobre ellas. De hecho, no conozco alguna historia como las que tienen musas y ninfas. O las historias que se cuentan de las hadas, tal vez cercanas a las sílfides.

Según El libro de los seres imaginarios, son intermedias entre lo sólido y lo etéreo, entre lo material y lo material. Y no dice mucho más.

Pero podría imaginar alguna conexión con la alquimia, como mensajeros de secretos a revelar.

Podría imaginarlas a mí alrededor, susurrando palabras que no llego a entender. Pero podría quedar  como un pensamiento oculto en alguna parte de mi mente.

Alguna vez he tratado de mejorar mis sueños, con imágenes femeninas. Y tal vez haya dado algo de resultado, al menos lo creí.

Reiteradamente, en tiempo pasado, he soñado con una esbelta mujer de pelo corto, a veces vislumbrada, otra veces visible. A veces esquiva, otras con deseos de estar en mi presencia. En mi imaginación, he cruzado mundos para seguirla. Y he soñado despertar y contar con su presencia. Para luego despertar de verdad, deseando que el sueño fuera real. E imaginar que las sutiles brisas de aire son caricias de sílfides.

Las visitas oníricas se fueron espaciando, para ir quedando en el pasado. Me gustaría volver a tener esos sueños. Por ahora sólo me queda escribir ficciones. O dibujarlas.

Sílfide pelirroja, acuarela propia.
Sílfide tinta, por Dario brabo, basada en acuarela.